/ lunes 29 de mayo de 2023

El Templo de San Agustín del siglo XVI ahora casa de estudiantes, esta es su historia

El recinto religioso fue separado a mediados del siglo XIX del convento, que ahora guarda una Casa del Estudiante

Morelia, Mich (OEM-Infomex).- Los espacios tienen cambios constantes y un ejemplo es el templo y atrio de San Agustín, lugar que tan sólo once años atrás tenía jardineras y árboles, elementos verdes perdidos luego de una remodelación. Pero esto sólo es una capa en la historia del lugar, que comienza en los años 50, pero del siglo XVI.

Foto: Adid Jiménez | El Sol Morelia

Según el sitio electrónico Michoacán Histórico, en 1550 comenzó la construcción del Templo gracias a los agustinos, una orden que ya había manifestado su presencia en Michoacán con un convento, un hospital y una iglesia en Tiripetío.

Pero en Morelia, llamada entonces Valladolid, la construcción del templo tardó, porque se le dio preferencia a la construcción del convento de Santa María de Gracia, el cual ahora aloja a la Casa del Estudiante. La dilación fue de prácticamente un siglo, algo mayor a la que ahora llevan los distribuidores viales de la actualidad.

Y sin embargo le faltó un detalle: la torre. Según el sitio web citado, el fraile Antonio Flores se encargó de iniciar la construcción de la torre, que en 1667 terminó su colega, el fraile Simón Salguero y por un tiempo fue la construcción más alta de la ciudad. Otra anotación, donde ahora hay puestos de antojitos o artesanías, en esa época fue un cementerio, porque estos se ubican justo frente a los edificios religiosos.

Mucha gente puede considerar que se trata de un edificio bonito y a otros quizá no les cause gran emoción, porque finalmente son las visiones subjetivas que generan los distintos estilos del arte. A propósito de eso, en el caso de este templo, tiene una fachada de estilo plateresco, con influencia renacentista, según refiere el sitio electrónico México es Cultura.

Además, la información que ofrece el gobierno estatal en la web visitmichoacan.mx, señala que el convento de Santa María de Gracia tiene una influencia gótica en su construcción, pero también señala que en el templo existe una bóveda interior que está cubierta por pinturas y diversos óleos de la época virreinal, cuyo autor fue el pintor Javier Tapia. “A esta zona se le conoce como la pinacoteca de San Agustín”.

El templo y el convento estuvieron funcionando juntos por los años venideros, con mejoras en el edificio. De acuerdo con la cronología de Michoacán Histórico, en 1715 el interior del templo se le puso oro fino, se le anexó un retablo colateral y se terminó de ensamblar el órgano. Aunque luego este sería intercambiado por el del templo de Cuitzeo, en 1750.

Pero las ciclos terminan y los espacios no son ajenos a esos procesos, como bien lo demostró la turbulencia del siglo XIX, pues en 1863 sacaron a los agustinos del monasterio, pero en 1866 el emperador Maximiliano los regresó, aunque luego ese monarca fue derrocado y los liberales volvieron a echar afuera a los religiosos.

Convento y templo fueron fraccionados y desde entonces son dos edificios diferentes y con diferente público por así decirlo, pues a uno entran feligreses devotos de la fe católica, uno que otro viajero y estudiosos del arte novohispano; mientras que al otro ingresan jóvenes y no tan jóvenes que encuentran alojo en el sitio, convertido desde los setentas en Casa del Estudiante.

Sobre la forma en qué ese lugar llegó a ese punto, Michoacán Histórico narra que el Convento fue comprado en diciembre de 1874 por una asociación de comerciantes y abogados, pero ese mismo año ellos “cedieron sus derechos sobre la finca a los licenciados Cervantes y Torres, quienes la adaptaron para vivienda tipo vecindad”.

Foto: El Sol Morelia

La página señala que posiblemente fue de nuevo propiedad del gobierno, porque en 1973 “el ayuntamiento le hizo algunas modificaciones con la anuencia y el subsidio del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)”. Sin embargo, el sitio electrónico del INAH no presenta artículo alguno sobre el templo de San Agustín.

De acuerdo con Michoacán Histórico, el nombre oficial del atrio del templo es Plaza Ignacio Comonfort y su remodelación ocurrió en 2014, con lo cual perdió la vegetación que había “quedando en su lugar una sólida plancha de concreto y una solitaria fuente”.

Morelia, Mich (OEM-Infomex).- Los espacios tienen cambios constantes y un ejemplo es el templo y atrio de San Agustín, lugar que tan sólo once años atrás tenía jardineras y árboles, elementos verdes perdidos luego de una remodelación. Pero esto sólo es una capa en la historia del lugar, que comienza en los años 50, pero del siglo XVI.

Foto: Adid Jiménez | El Sol Morelia

Según el sitio electrónico Michoacán Histórico, en 1550 comenzó la construcción del Templo gracias a los agustinos, una orden que ya había manifestado su presencia en Michoacán con un convento, un hospital y una iglesia en Tiripetío.

Pero en Morelia, llamada entonces Valladolid, la construcción del templo tardó, porque se le dio preferencia a la construcción del convento de Santa María de Gracia, el cual ahora aloja a la Casa del Estudiante. La dilación fue de prácticamente un siglo, algo mayor a la que ahora llevan los distribuidores viales de la actualidad.

Y sin embargo le faltó un detalle: la torre. Según el sitio web citado, el fraile Antonio Flores se encargó de iniciar la construcción de la torre, que en 1667 terminó su colega, el fraile Simón Salguero y por un tiempo fue la construcción más alta de la ciudad. Otra anotación, donde ahora hay puestos de antojitos o artesanías, en esa época fue un cementerio, porque estos se ubican justo frente a los edificios religiosos.

Mucha gente puede considerar que se trata de un edificio bonito y a otros quizá no les cause gran emoción, porque finalmente son las visiones subjetivas que generan los distintos estilos del arte. A propósito de eso, en el caso de este templo, tiene una fachada de estilo plateresco, con influencia renacentista, según refiere el sitio electrónico México es Cultura.

Además, la información que ofrece el gobierno estatal en la web visitmichoacan.mx, señala que el convento de Santa María de Gracia tiene una influencia gótica en su construcción, pero también señala que en el templo existe una bóveda interior que está cubierta por pinturas y diversos óleos de la época virreinal, cuyo autor fue el pintor Javier Tapia. “A esta zona se le conoce como la pinacoteca de San Agustín”.

El templo y el convento estuvieron funcionando juntos por los años venideros, con mejoras en el edificio. De acuerdo con la cronología de Michoacán Histórico, en 1715 el interior del templo se le puso oro fino, se le anexó un retablo colateral y se terminó de ensamblar el órgano. Aunque luego este sería intercambiado por el del templo de Cuitzeo, en 1750.

Pero las ciclos terminan y los espacios no son ajenos a esos procesos, como bien lo demostró la turbulencia del siglo XIX, pues en 1863 sacaron a los agustinos del monasterio, pero en 1866 el emperador Maximiliano los regresó, aunque luego ese monarca fue derrocado y los liberales volvieron a echar afuera a los religiosos.

Convento y templo fueron fraccionados y desde entonces son dos edificios diferentes y con diferente público por así decirlo, pues a uno entran feligreses devotos de la fe católica, uno que otro viajero y estudiosos del arte novohispano; mientras que al otro ingresan jóvenes y no tan jóvenes que encuentran alojo en el sitio, convertido desde los setentas en Casa del Estudiante.

Sobre la forma en qué ese lugar llegó a ese punto, Michoacán Histórico narra que el Convento fue comprado en diciembre de 1874 por una asociación de comerciantes y abogados, pero ese mismo año ellos “cedieron sus derechos sobre la finca a los licenciados Cervantes y Torres, quienes la adaptaron para vivienda tipo vecindad”.

Foto: El Sol Morelia

La página señala que posiblemente fue de nuevo propiedad del gobierno, porque en 1973 “el ayuntamiento le hizo algunas modificaciones con la anuencia y el subsidio del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)”. Sin embargo, el sitio electrónico del INAH no presenta artículo alguno sobre el templo de San Agustín.

De acuerdo con Michoacán Histórico, el nombre oficial del atrio del templo es Plaza Ignacio Comonfort y su remodelación ocurrió en 2014, con lo cual perdió la vegetación que había “quedando en su lugar una sólida plancha de concreto y una solitaria fuente”.

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