Las horas parecen eternas para Fabiola Manríquez, quien desde hace 21 años pasa las mañanas entre los muros que delimitan su espacio de dos por tres metros al interior del Mercado Benito Juárez, mejor conocido como “Mercado del Auditorio”, donde ha visto la evolución y decadencia del espacio en el que hoy “apenas sale para comer”.
Lo deteriorado de la construcción y la falta de atención de las autoridades para mejorar la imagen, y por ende los servicios que se ofrecen en este popular espacio ubicado a escasos metros del corazón de la ciudad, son las causas a las que ella atribuye la interminable caída en las ventas que ha padecido en su puesto de jugos desde hace al menos una década, tiempo en que sólo Protección Civil ha estado al tanto de la revisión de las conexiones eléctricas y de gas.
¿No piden apoyo a las autoridades?, se le cuestiona, “aquí nadie nos hace caso, nos tienen en el abandono total”, responde molesta y un tanto decepcionada al platicar la experiencia de sus “vecinos” que ante la falta de ingresos han optado por abandonar sus locales; en esa condición luce más de 50% de los locales en este mercado.
La inseguridad aseguran es otro de los “retos diarios” que enfrentan los locatarios en este espacio, donde a Fabiola le han robado en al menos cinco ocasiones y “al reportarlo a la administración sólo me dicen que cambie las chapas y los candados”. Así tal cual le pasó a la señora Marta Arias, quien hace poco más de un mes fue víctima de los amantes de lo ajeno que “yo no sé a qué hora, dicen que cuando se fue el velador, pero aquí entraron y se robaron hasta el comal”, ella es comerciante de comida casera desde hace 35 años.
Afirma que “casi cuando inició el otro, el del partido morado, vinieron a pintar y ahora pide uno atención y nos dicen que todavía no nos toca, que se rolan las maquinas o no sé qué. Pero nos tienen en el abandono”, tras ser víctima de la delincuencia no recibió ningún tipo de ayuda de la administración que cuenta con un velador en el turno nocturno. En el día se tiene presencia de la agrupación Tigre, la cual fue contratada por los propios locatarios.
A escasos metros, el Mercado Independencia no luce muy distinto, en el espacio central, donde se encuentran los locales de venta de alimentos, los pasillos lucen sucios, las construcciones deterioradas y el techo “literalmente se está cayendo”, pues según la señora Mercedes Reyes, quien vende comida desde hace casi cinco décadas, no recuerda cuándo se cayó parte del plafón sobre su puesto y “se echó a perder todo; un día de venta, a la basura”.
“No necesitas que yo te dé entrevistas, nomás ve aquí todo, entra al baño, ahí pagas y dónde está el dinero, pagando licencias y nomas ve aquí como está todo”, señaló Laura Villa. Ambas afirman estar “benditas” pues no han sufrido ningún accidente pese a que dicen no existe regulación de Protección Civil en cuanto a las instalaciones de gas y eléctricas y “cuando llueve todo se inunda “y salen ratas. El año pasado ya no, pero antes sí y uno se tiene que andar cuidando de que no lo muerdan”.
“El riesgo es latente”, afirma Araceli Herrejón, quien frente a su puesto de venta de chiles y semillas tiene una rampa que forma parte del pasillo en el que “está un borde que dejaron mal hecho y la gente grande que no ve bien siempre se cae ahí. Hemos dicho a la administración que venga a arreglar y no nos hace caso”; asevera que “sólo nos dicen promesas y nada” y en los 15 años que tiene con su comercio en este espacio nunca ha visto que se haga mantenimiento de ningún tipo.
“LAS UNIONES NOMÁS COBRAN”
Para la señora Laura Villa, del Mercado Independencia, acercarse a una de las 11 uniones que ahí tienen presencia no es opción pues “ellos sólo buscan que su gente no pague para regular cosas como el gas y es un riesgo para todos; estamos aquí de milagro”, afirma.
Fabiola Manríquez intentó hace años sumarse a una de las tres asociaciones de comerciantes y “sólo me sacaron dinero. En cada reunión daba cooperación, si llegaba tarde era más dinero, y cuando me iba a aliviar de mi segundo hijo me dijeron que buscara quién me supliera. A la fecha, no he recibido apoyo de nadie de la asociación”.
Según la autoridad, “con las asociaciones la autoridad municipal se la ha llevado muy bien… han entendido la parte austera en lo económico, a veces quisieran unas obras de inmediato, pero que no han podido darse”, afirmó.
