/ sábado 11 de enero de 2020

En remodelación, joya Arquitectónica virreinal

La casa del tercer Conde de Sierra Gorda forma parte de los mil 113 edificios de la ciudad que resguarda el INAH; actualmente su construcción es mejorada para salvaguardar su historia

Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- Ubicada en la calle Vasco de Quiroga, esquina con Avenida Madero se encuentra una de las joyas arquitectónicas que la ciudad de Valladolid nos dejó: La casa del tercer Conde de Sierra Gorda.

Este monumento arquitectónico del siglo XVIII forma parte de los mil 113 edificios en la ciudad de Morelia al resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La capital michoacana fue declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1911, y con ello pasaron al resguardo del INAH todos aquellos inmuebles en el centro de la ciudad que fueron construidos hasta finales del siglo XIX.

En entonces palacio del tercer Conde de Sierra Gorda, Mariano Timoteo de Escandón y Llera, es una edificación de dos mil 236 metros cuadrados, que alberga más de veinte cuartos, cuatro patios y cinco balcones con vista a la arteria principal de la ciudad, la Avenida Madero.

Mariano Timoteo de Escandón y Llera nacido en el año de 1725 en la ciudad de Querétaro, para llegar a Valladolid en 1744 como clérigo del obispado de Michoacán, a la muerte de su hermano mayor en 1802 recibió el título de Conde y Gobernador de la Mitra de la Catedral, previo a afrontar el mayor reto en su carrera como parte de claustro español.

Foto: Mariana Luna | El Sol de Morelia



Llegado el año de 1810 con el inicio de la independencia de México, el Conde de Sierra Gorda excomulga a Miguel Hidalgo y Costilla a su paso por Valladolid y posterior a derivadas reuniones entrega de la ciudad a manos de la lucha independentista.

No obstante, el palacio del Conde de Sierra Gorda continúa al resguardo del clero durante los años de lucha, hasta el 1914 cuando el entonces gobernador y comandante militar Gertrudis Sánchez decide ocuparlo como propiedad del estado.

De ahí, pasa a ser la casa del Obrero Mundial y Oficio Federal de la Hacienda, para ser ocupada en 1932 por la Secretaría de Educación del Estado (SEE), con el Centro Escolar José María Morelos.

En 1935 fue declarada monumento cultural y desde entonces su uso se restringió al servicio de la SEE.


El paso de casi tres siglos de vida le ha cobrado la factura a la edificación virreinal, los recubrimientos de pintura comenzaron a caer, el óxido de la cancillería se come los barrotes de las ventanas y los balcones, mientras que su estructura interna parece estar al borde del colapso.

Foto: Mariana Luna | El Sol de Morelia



Los 28 arcos que sostienen los dos pisos de esta antigua casa narran el abandono y mal uso que se le dio a un recinto histórico, que falto de cualquier tipo de mantenimiento corre el riesgo de desaparecer y con ello llevarse un pedazo del Morelia ancestral.

En aras de evitar su muerte y un posible perjuicio para la sociedad, el Gobierno de Morelia decidió comenzar con una corrección preliminar del daño y un apuntalamiento preventivo, lo que significa asegurar la estructura con vigas de madera, para evitar derrumbes o colapsos.

Además de ello, las fachadas que ya presentaban desprendimientos, serán intervenidas y la cantería que se encuentra dentro de ellas será rellenada con injertos de cantera en donde sea necesaria.

Esta es la primera etapa de restauración de la casa de Conde Sierra Gorda, que con una inversión de 980 mil pesos, buscará darle nueva vida a un lugar que se dejó a su suerte por cientos de años.

La empresa restauradora San Carlos, es la encargada de la primera etapa de restauración de dicho inmueble, su representante el ingeniero civil, Carlos Eduardo Mendoza Rosales, explicó entrevista con El Sol de Morelia, el trabajo que se está realizando en este sitio histórico.

Foto: Mariana Luna | El Sol de Morelia



“Después del colapso de viguerías en los corredores, el edificio pierde su capacidad estructural, se cae y la estructura es una capa de ladrillo de barro que sirve de apoyo para un relleno de petate, no tiene mucha consistencia, lo que hacemos es fincarla y evitar cualquier derrumbe, subsanamos las paredes y darle una nueva vista”, apuntó.

La intervención de la obra comenzó el lunes 09 de diciembre del presente año, para culminar su primera etapa en el mes de febrero del 2020.

Al momento, se desconoce cuándo continuará la obra, las otras dos etapas de la obra podrían tomar algunos años más, ya que el corregir y mejorar una obra de esta naturaleza requiere estudios estructurales y una fuerte inversión por parte de los gobiernos en turno.

“El costo podría variar mucho dependiendo de los materiales y de los errores que vayamos encontrando en esta primera etapa, estamos hablando de millones de pesos y varios años de intervención, estimar una cifra al momento es imposible”, aseveró el restaurador.

No obstante, el rescate de estas edificaciones es crucial para el recuento de la vida histórica de un país y de una ciudad, el historiador nicolaita Pedro Alfonso Ramos Juárez describe el Centro Histórico de Morelia, no sólo como un sitio de belleza y cultura sino, como un ente vivo que relata sus historia a través de sus calles.

“Los centros históricos son la parte más antigua de cualquier ciudad, donde nace todo, los mercados, las plazas y las casa de las familias fundadoras y su evolución es latente, el entender cómo se hicieron estos edificios y cómo se mantienen tantos años después, nos cuenta la evolución de una ciudad”, detalló.

Foto: Mariana Luna | El Sol de Morelia



El profesor investigador aseguró que, la importancia en la renovación de estos edificios yace en mantener vivo el patrimonio tangible de la humanidad, no sólo de los morelianos.

“Si nos ponemos a pensar, estos edificios son la base una sociedad que seguimos construyendo paulatinamente, de ahí que estas remodelaciones, salven un poco del patrimonio y nos cuenten lo que no sabemos”, indicó.

Por su parte, la directora de la Coordinación del Centro Histórico, Gauri Ivette García Medina, dependencia que lidera la intervención de este inmueble, mencionó que gracias a la cooperación de diversas organizaciones para la realización de este proceso, la casa del Conde de Sierra Gorda, albergará nuevas historias.

Foto: Mariana Luna | El Sol de Morelia



“Somos afortunados de haber encontrado una línea de gestión con amable, cooperación y apoyo del INAH para reparar los problemas estructurales, el comenzar a intervenir ya es un gran avance”, dijo.

Con la culimación de la primer fase de reparación, la casa del Conde Sierra Gorda, podría aguantar otros 100 años de pie, según refirió el restaurador Mendoza Rosales, sin embargo, el proteger y mantener vivo el patrimonio es una tarea de todos los que conviven con él.

Ya que, agregó además del deterioro por el paso de los años, el inmueble también ha sido víctima de vandalismo por parte de quienes gustan de dañar lo ajeno, calcomanías y grafittis han decorado las paredes y ventanas, aún cuando las autoridades han hecho lo posible por mantener la ciudad limpia.

A decir del constructor, la ciudad no sólo muere por el abandono y el descuido de la misma, sino por la falta de consciencia de sus habitantes para la conservación.

Foto: Mariana Luna | El Sol de Morelia

Morelia, Mich. (OEM-Infomex).- Ubicada en la calle Vasco de Quiroga, esquina con Avenida Madero se encuentra una de las joyas arquitectónicas que la ciudad de Valladolid nos dejó: La casa del tercer Conde de Sierra Gorda.

Este monumento arquitectónico del siglo XVIII forma parte de los mil 113 edificios en la ciudad de Morelia al resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La capital michoacana fue declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1911, y con ello pasaron al resguardo del INAH todos aquellos inmuebles en el centro de la ciudad que fueron construidos hasta finales del siglo XIX.

En entonces palacio del tercer Conde de Sierra Gorda, Mariano Timoteo de Escandón y Llera, es una edificación de dos mil 236 metros cuadrados, que alberga más de veinte cuartos, cuatro patios y cinco balcones con vista a la arteria principal de la ciudad, la Avenida Madero.

Mariano Timoteo de Escandón y Llera nacido en el año de 1725 en la ciudad de Querétaro, para llegar a Valladolid en 1744 como clérigo del obispado de Michoacán, a la muerte de su hermano mayor en 1802 recibió el título de Conde y Gobernador de la Mitra de la Catedral, previo a afrontar el mayor reto en su carrera como parte de claustro español.

Foto: Mariana Luna | El Sol de Morelia



Llegado el año de 1810 con el inicio de la independencia de México, el Conde de Sierra Gorda excomulga a Miguel Hidalgo y Costilla a su paso por Valladolid y posterior a derivadas reuniones entrega de la ciudad a manos de la lucha independentista.

No obstante, el palacio del Conde de Sierra Gorda continúa al resguardo del clero durante los años de lucha, hasta el 1914 cuando el entonces gobernador y comandante militar Gertrudis Sánchez decide ocuparlo como propiedad del estado.

De ahí, pasa a ser la casa del Obrero Mundial y Oficio Federal de la Hacienda, para ser ocupada en 1932 por la Secretaría de Educación del Estado (SEE), con el Centro Escolar José María Morelos.

En 1935 fue declarada monumento cultural y desde entonces su uso se restringió al servicio de la SEE.


El paso de casi tres siglos de vida le ha cobrado la factura a la edificación virreinal, los recubrimientos de pintura comenzaron a caer, el óxido de la cancillería se come los barrotes de las ventanas y los balcones, mientras que su estructura interna parece estar al borde del colapso.

Foto: Mariana Luna | El Sol de Morelia



Los 28 arcos que sostienen los dos pisos de esta antigua casa narran el abandono y mal uso que se le dio a un recinto histórico, que falto de cualquier tipo de mantenimiento corre el riesgo de desaparecer y con ello llevarse un pedazo del Morelia ancestral.

En aras de evitar su muerte y un posible perjuicio para la sociedad, el Gobierno de Morelia decidió comenzar con una corrección preliminar del daño y un apuntalamiento preventivo, lo que significa asegurar la estructura con vigas de madera, para evitar derrumbes o colapsos.

Además de ello, las fachadas que ya presentaban desprendimientos, serán intervenidas y la cantería que se encuentra dentro de ellas será rellenada con injertos de cantera en donde sea necesaria.

Esta es la primera etapa de restauración de la casa de Conde Sierra Gorda, que con una inversión de 980 mil pesos, buscará darle nueva vida a un lugar que se dejó a su suerte por cientos de años.

La empresa restauradora San Carlos, es la encargada de la primera etapa de restauración de dicho inmueble, su representante el ingeniero civil, Carlos Eduardo Mendoza Rosales, explicó entrevista con El Sol de Morelia, el trabajo que se está realizando en este sitio histórico.

Foto: Mariana Luna | El Sol de Morelia



“Después del colapso de viguerías en los corredores, el edificio pierde su capacidad estructural, se cae y la estructura es una capa de ladrillo de barro que sirve de apoyo para un relleno de petate, no tiene mucha consistencia, lo que hacemos es fincarla y evitar cualquier derrumbe, subsanamos las paredes y darle una nueva vista”, apuntó.

La intervención de la obra comenzó el lunes 09 de diciembre del presente año, para culminar su primera etapa en el mes de febrero del 2020.

Al momento, se desconoce cuándo continuará la obra, las otras dos etapas de la obra podrían tomar algunos años más, ya que el corregir y mejorar una obra de esta naturaleza requiere estudios estructurales y una fuerte inversión por parte de los gobiernos en turno.

“El costo podría variar mucho dependiendo de los materiales y de los errores que vayamos encontrando en esta primera etapa, estamos hablando de millones de pesos y varios años de intervención, estimar una cifra al momento es imposible”, aseveró el restaurador.

No obstante, el rescate de estas edificaciones es crucial para el recuento de la vida histórica de un país y de una ciudad, el historiador nicolaita Pedro Alfonso Ramos Juárez describe el Centro Histórico de Morelia, no sólo como un sitio de belleza y cultura sino, como un ente vivo que relata sus historia a través de sus calles.

“Los centros históricos son la parte más antigua de cualquier ciudad, donde nace todo, los mercados, las plazas y las casa de las familias fundadoras y su evolución es latente, el entender cómo se hicieron estos edificios y cómo se mantienen tantos años después, nos cuenta la evolución de una ciudad”, detalló.

Foto: Mariana Luna | El Sol de Morelia



El profesor investigador aseguró que, la importancia en la renovación de estos edificios yace en mantener vivo el patrimonio tangible de la humanidad, no sólo de los morelianos.

“Si nos ponemos a pensar, estos edificios son la base una sociedad que seguimos construyendo paulatinamente, de ahí que estas remodelaciones, salven un poco del patrimonio y nos cuenten lo que no sabemos”, indicó.

Por su parte, la directora de la Coordinación del Centro Histórico, Gauri Ivette García Medina, dependencia que lidera la intervención de este inmueble, mencionó que gracias a la cooperación de diversas organizaciones para la realización de este proceso, la casa del Conde de Sierra Gorda, albergará nuevas historias.

Foto: Mariana Luna | El Sol de Morelia



“Somos afortunados de haber encontrado una línea de gestión con amable, cooperación y apoyo del INAH para reparar los problemas estructurales, el comenzar a intervenir ya es un gran avance”, dijo.

Con la culimación de la primer fase de reparación, la casa del Conde Sierra Gorda, podría aguantar otros 100 años de pie, según refirió el restaurador Mendoza Rosales, sin embargo, el proteger y mantener vivo el patrimonio es una tarea de todos los que conviven con él.

Ya que, agregó además del deterioro por el paso de los años, el inmueble también ha sido víctima de vandalismo por parte de quienes gustan de dañar lo ajeno, calcomanías y grafittis han decorado las paredes y ventanas, aún cuando las autoridades han hecho lo posible por mantener la ciudad limpia.

A decir del constructor, la ciudad no sólo muere por el abandono y el descuido de la misma, sino por la falta de consciencia de sus habitantes para la conservación.

Foto: Mariana Luna | El Sol de Morelia

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