Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- El traje rojo resulta llamativo. Podría ser la caracterización perfecta de una fiesta de disfraces o de una noche de Halloween. De la cabeza a los pies cubre totalmente la humanidad de quien lo usa. “Mi hijo me dijo que parecía de la Casa de Papel”, explica Berenice Padilla y aclara que no, que la realidad superó a la ficción.
Son uniformes que se confeccionan a diario para ser distribuidos en los hospitales de Morelia con el objetivo de dar una mayor protección al personal médico que trata a pacientes o sospechosos de Covid-19. Al impermeable quirúrgico, también se le ha sumado la producción de cubrebocas y fundas para cadáveres.
“Simonetta” es el negocio de la familia que nació para producir y vender principalmente uniformes escolares y empresariales; pero Berenice Padilla relata que el giro del establecimiento cambió radicalmente de la noche a la mañana, cuando el virus se expandió por el mundo y alcanzó a Michoacán.
La primera necesidad que surgió fueron la de los cubrebocas, trabajamos hasta cinco modelos dependiendo de los requerimientos y especificaciones que nos hagan, hay unos que son fabricados especialmente para una empresa de aceites, otros que los manejamos hasta con tres tipos de telas para el uso médico
El hospital Civil “Dr. Miguel Silva” es de los más activos y de los que hacen que la oferta y demanda sea una constante durante esta pandemia. Ya sea con recursos del centro de salud o propios, los trabajadores hacen pedidos prácticamente todos los días.
Las recomendaciones de boca en boca han surtido efectos y en el negocio ya también se tienen pedidos para el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Hospital de la Mujer, Centro Estatal de Oncología y médicos particulares.
“No podemos dar cifras precisas de la producción porque vamos al día, pero simplemente en cubrebocas hemos hecho más de 5 mil desde que inició la pandemia, ya ni siquiera llevo la cuenta de lo que se ha estado vendiendo”.
Con siete trabajadores en la empresa, llegan a fabricar hasta 40 impermeables por día. Si bien las horas laborales de producción no se han incrementado, las entregas de la mercancía sí llegan a prolongarse hasta a las 10 de la noche.
Aunque no estaba planeado ni pensado, la pandemia ha hecho que “Simonetta” se mantenga con trabajo. “Ni bien ni mal, sólo estables” dice Berenice. Por ahora, la atención de los trabajadores se centra en todo lo quirúrgico, mientras que en un rincón del taller, aguarda una montaña de uniformes escolares a la espera del impreciso inicio del ciclo escolar.