Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Las drogas, la delincuencia y la violencia familiar es lo que comparten las historias de familias víctimas de feminicidio en Morelia y en Puruarán. Dolor que se desprende en cada manifestación donde las mujeres exigen un alto a los feminicidios.
En el marco del Día del Luto Estatal y Conmemoración por Todas las Mujeres Víctimas de Feminicidio establecido como un decreto por el exmandatario Silvano Aureoles este próximo 3 de noviembre, la estadística de la Fiscalía General del Estado (FGE) refiere que del 1 de enero al 25 de octubre de este año, en Michoacán se contabilizan 232 mujeres víctimas de homicidio, 25 de ellas están dentro de los 22 expedientes de feminicidios.
Maricela Dávila, originaria de Puruarán, es parte de la estadística que mantiene al estado en el lugar 14 a nivel nacional con respecto a los feminicidios y el cuarto lugar en homicidio doloso de mujeres, según datos del Secretariado de Seguridad y Protección Ciudadana de enero a septiembre de 2021; por debajo de Chihuahua y seguido por Estado de México.
La mujer de 35 años sucumbió a manos de su pareja sentimental el 7 de septiembre de 2021. Su historia se asemeja a la de tantas mujeres de Puruarán que están desaparecidas, comenta Hortensia, prima de Maricela.
Hortensia asegura que a su prima la mató Fernando, alias Pailokas, adicto e integrante de un grupo delictivo.
“Todos lo saben: le cortó los senos, las nalgas, le navajeó la cara y cuentan, quienes la encontraron, que también le sacó los ojos”. Después tiró su cuerpo en la colonia La Huerta.
Maricela sufría violencia a manos de Fernando, con quien la víctima tuvo a una niña. Nadie entiende por qué siguió con él, ya que ella se valía por sí misma, tenía su propio negocio, relata Hortensia.
Las mujeres de Puruarán alzaron la voz a pesar de ser intimidadas por la policía y la “maña”. Su muerte las cimbró a todas. El hartazgo está al límite porque la presión que ejerce el crimen organizado impide que la familia obtenga respuestas.
“A mi tía la tienen amenazada, la vigilan constantemente. Para participar en la marcha de su propia hija, la disfrazamos para que pudiera acompañarnos”.
Los colectivos feministas MAPAS de Morelia y Tejiendo Redes Sonoras de Tacámbaro, acompañan el movimiento que se unirá a la conmemoración del luto, adelanta.
Por otro lado, Elena Guadalupe Mora Estrada de 32 años y Violeta de 13, fueron localizadas en el SEMEFO de Irapuato días después de solicitar ante la FGE una cédula de desaparición. La última comunicación que Alma tuvo con su hermana y su sobrina fue el 2 de noviembre de 2019, cuando salía con Israel Blanquet Valdovinos, trailero de oficio.
“Mi hermana duró desaparecida como 11 o 12 días, no se conectaba, entonces fue cuando nos alarmamos, pero la Fiscalía no se movió a pesar de que les dijimos que se habían ido rumbo a Irapuato”.
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Blaquet fue llamado por las autoridades, pero no lo investigaron. Su versión inverosímil fue aceptada por las autoridades, comenta. Alma dice que el trailero “le soltó dinero a la Fiscalía”, pues no hicieron nada por localizarlas.
Laura, su mamá, se trasladó a Irapuato; ya que la última comunicación con Lupita era del municipio en Guanajuato. Posteriormente al SEMEFO donde la encontró desfigurada.
El cuerpo estaba destrozado, un trailer le pasó por encima. “En pedazos levantaron a mi hermana en la carretera Abasolo-Irapuato. Lo único que quedó fue esta parte de aquí -señala el cuello y la cabeza- una pierna y un brazo”. Revisa el celular para localizar la nota que se publicó y que muestra una imagen grotesca con restos de lo que se asemeja a un cuerpo humano. Pero eso no fue lo único, el caso fue transmitido sin censura en una página de Facebook.
Sentada en una plaza en Morelia dice que para las autoridades Lupita murió atropellada, pero está segura que el trailero la mató porque su hermana estaba embarazada, aunque no puede determinarse por cómo la encontraron. Uno de los criminólogos comentó que tenía marcas de sofocamiento. Eso les da mayor certeza de que fue asesinada.
El cuerpo de su sobrina fue localizado en Celaya. A Violeta la violaron, presentaba golpes en el cuello y cara. Se asentó que fue homicidio, pero no hay ningún resultado. Cuando acudían a Irapuato, el Ministerio Público no estaba, eso enterró el ánimo de Laura.
“En lo personal aún no lo supero. Ella era como una madre para mí. Para mi mamá el tema está olvidado, ya no le quiere mover porque dice que la justicia terrenal no existe. Ella se metió a un grupo de autoayuda. Ahora dice que desde lo más hondo de su corazón ya perdonó. Para mí es distinto, no entiendo ni cómo llorarlo”.
Para Alma las autoridades no dieron atención al caso, pero ella no descansará hasta verlo en la cárcel.
Alma se ha acompañado de grupos feministas pero paró el activismo porque a partir de publicaciones que hizo en la página de Facebook Justicia por Violeta, justicia por Lupita, observó en sus trayectos un tráiler igual al de Israel. No obstante, se manifestará el 3 de noviembre pese a sentirse muy afectada porque una compañera que trabajaba con Lupita hoy está desaparecida, al parecer con las mismas características que tiene el caso de Elena Guadalupe.
