Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Masacres, ejecuciones en la vía pública, homicidios al interior de restaurantes y atentados terroristas en antros y bares poco a poco se convierten en una noticia cotidiana para los habitantes de Morelia. Sin importar la geografía ni el estatus social, los delitos ocurren en todas las zonas de la ciudad, lo mismo en los más exclusivos fraccionamientos como en las colonias más marginadas de la capital michoacana.
En plena campaña electoral, el entonces candidato del PAN y PRD, Alfonso Martínez Alcázar, prometió el 26 de abril de 2021 que en su gobierno se iba a ejecutar el plan denominado “Volvamos a sentirnos seguras y seguros”, con el cual se aumentaría el número de elementos policiacos, además de capacitarlos y certificarlos. Sin embargo, a casi año y medio de gestión, los resultados han sido adversos.
En 2020, año en que Morelia estuvo gobernada por Raúl Morón, de Morena, la Fiscalía General del Estado (FGE) registró 337 homicidios dolosos, pero en 2022, ya con un año completo de Martínez Alcázar, la cifra se elevó a 346. En ese lapso, el robo de vehículos estuvo prácticamente en los mismos niveles, pues las estadísticas muestran 878 hurtos en 2020 contra 841 en 2022. Además, en materia de feminicidios el número pasó de nueve a 13, lo que ubicó a la ciudad con una tasa al doble de la nacional.
Empresarios sufren ejecuciones… y extorsiones
“Juan Pablo”, empresario restaurantero de Morelia cuya identidad prefiere que quede reservada para este reportaje, dice en entrevista que en el ramo se trabaja con miedo todos los días, así que no queda más que encomendarse a alguna fuerza divina, pues las autoridades no hacen más que extorsionar.
En una noche en que su local lucía lleno, hombres armados ingresaron para asesinar a un cliente y después huir con rumbo desconocido. Ahí se enfrentaría no solo el shock por presenciar una ejecución, sino a la serie de abusos de autoridad que le hicieron gastar más de 200 mil pesos para recuperar su licencia de operación, la mitad de los cuales fueron solicitados por agentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) y otros 20 mil por trabajadores del Ayuntamiento de Morelia. Se sumaron los honorarios para un abogado que lo asesoró para liberar a los meseros, quienes fueron retenidos mientras corrían los primeros actos de investigación. Esa noche, los mismos policías hurtaron botellas de alcohol y celulares, mientras que los clientes, ante la escena violenta, se terminaron yendo sin pagar sus cuentas.
“Los empresarios estamos temerosos por la falta de control, todos estamos expuestos y a nadie se le garantiza la seguridad, todo lo contrario, nos echan la culpa y los únicos que pagamos los platos rotos somos nosotros”.
Basado en experiencias propias, “Juan Pablo” dice que para las autoridades de justicia no importa capturar a los delincuentes, sino clausurar negocios, revictimizar a los propietarios y amedrentarlos. “De pronto ya estás en un pleito que no buscaste, pagando mochadas en la Fiscalía, en el Ayuntamiento y siendo estigmatizado en los medios de comunicación y en las redes sociales, porque curiosamente quien queda tachado es el lugar, no el homicida o el asaltante”.
Ataques con tintes de terrorismo
La madrugada del domingo 12 de marzo, los tres antros más exclusivos de la zona sur de Morelia fueron incendiados con gasolina y bombas molotov. Se trató de Vertical, Mint y Luv, ubicados en el fraccionamiento Altozano, el de mayor plusvalía en toda la capital. De acuerdo a los testimonios, hombres encapuchados entraron poco antes de las 6:00 de la mañana, cuando aún había algunos clientes, a quienes “invitaron” a salir antes de prender el fuego a los establecimientos, que fueron apagados horas más tarde por elementos de Protección Civil.
De acuerdo al fiscal del estado, Adrián López Solís, los propietarios no interpusieron denuncias, pero el caso es investigado como un acto de terrorismo, por lo que incluso podría ser atraído por la Fiscalía General de la República (FGR).
Los ataques contra estos negocios y sus dueños no cesan. La tarde del 10 de abril, dos hombres vinculados al gremio de restaurantes de mariscos fueron ejecutados al interior de “Puerto Aguachilería”, ubicado en la calle Alcázar de Chapultepec, de la colonia Chapultepec Oriente. Uno de ellos era el propietario del lugar que estaba a días de ser inaugurado y tenía varios años como gerente de otros negocios similares.
Salir a divertirse por las noches es un riesgo en la capital del estado desde hace algunos años. La madrugada del lunes 18 de octubre de 2021, hombres armados descendieron de una camioneta tipo Van y de inmediato le dispararon a clientes que recién salían del bar “Cantina la 25”, en el exclusivo corredor de Enrique Ramírez Miguel, dejando un saldo de seis muertos, incluyendo un extranjero, además de dos heridos. La FGE identificó a tres de los agresores: Alejandro Huerta, José Manuel Peñaloza y Diego Corona, por quienes ofreció una recompensa individual de 100 mil pesos, sin que hasta ahora hayan sido detenidos.
Jaripeos, palenques, autos estacionados… nadie se salva
La realización de conciertos y jaripeos también es una auténtica zona de riesgo para los asistentes. El 26 de noviembre del año pasado, sujetos desconocidos asesinaron a un joven e hirieron a cuatro más en las inmediaciones de la plaza Monumental de Morelia, mientras terminaba el show del cantante de reggaetón Dany Ocean. En ese mismo recinto, el 19 de marzo de este 2023 un hombre fue baleado en pleno espectáculo de jaripeo, y aunque logró conservar la vida, el acto fue suficiente para que se clausurara el sitio que una semana después tenía programado el concierto de Luis R. Conríquez, conocido como “El rey del corrido bélico”, tendencia de la música regional mexicana que enaltece el consumo y tráfico de drogas y que actualmente ha desbancado en reproducciones en plataformas digitales a los temas más populares de Bad Bunny. El veto a la Monumental solo duró unos días, retomando su programación que incluye el concierto de la cantante Maricela este 28 de abril.
Morelia no ha escapado a los asesinatos en palenques, que a pesar de estar prohibidos por el gobierno del estado, se siguen realizando de manera clandestina. El 2 de mayo del año pasado, un comando de hombres armados ingresó a un pelea de gallos en Los Pirules, cerca de Mil Cumbres, para matar a cuatro personas, sin que se registraran detenciones.
Tampoco tomar un café durante el día es seguro para los morelianos. Prueba de ello es que el 1 de abril, cuatro profesores de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) y un comensal que se encontraba a unos metros fueron baleados en la cafetería Europa dentro de la Plaza U, localizada a espaldas de Ciudad Universitaria. El ataque fue perpetrado por un hombre solitario que luego escapó con la ayuda de otros que lo esperaban en la calle.
Por si fuera poco, el terror también invade mientras los vecinos duermen. La madrugada del pasado 8 de abril, dos hombres encapuchados rociaron con gasolina y luego le prendieron fuego a seis autos estacionados en el Andador Antonia Morelos, de la colonia Infonavit Juana Pavón. Los hechos quedaron registrados en cámaras de seguridad y hasta el momento no hay un solo detenido.
Misión del Valle, terror de película
De acuerdo a lo dicho en una audiencia inicial, la tarde del 4 de abril, el joven de 19 años Iván C. dormía en la casa de su hermana, en el fraccionamiento Misión del Valle, cuando unos policías entraron por la fuerza y lo subieron a una patrulla, acusándolo de pertenecer al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Oriundo de Tiquicheo, Iván ha sido siempre un hombre retraído que no pudo pasar del segundo de primaria y difícilmente puede entablar una conversación fluida. Sin un diagnóstico profesional, su familia siempre sospechó que era autista, condición que confirmó un médico que lo examinó luego de ser encarcelado en el penal de Mil Cumbres.
Él junto a otros seis hombres, la mayoría jóvenes menores de 30 años, fueron vinculados a proceso por el asesinato de dos policías ministeriales en un operativo espectacular que incluyó la participación de policías estatales, guardias nacionales y miembros de la Sedena apoyados por tres helicópteros que sobrevolaron este fraccionamiento que es considerado una de las zonas más pobres y peligrosas de Morelia, donde abundan los picaderos de droga en casas abandonadas.
En un hecho sin precedentes, el intercambio de disparos entre autoridades y presuntos delincuentes fue cubierta en vivo por varios medios de comunicación, algunos de los cuales hicieron transmisiones en directo a través de Facebook, con reporteros y fotógrafos que corrían al lado de policías mientras se detonaban armas de distintos calibres.
El abogado defensor de seis de los imputados evidenció una serie de inconsistencias en los informes de la FGE, donde horas y lugares no cuadran, pero la jueza desestimó todos los argumentos y obsequió la vinculación a proceso en contra de los jóvenes, quienes alegaron haber sido torturados.
Pese a que Morelia está convertida en un lugar de alto riesgo, autoridades estatales y municipales cruzan declaraciones de encono. El gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla asegura que desde hace un año ofreció a Alfonso Martínez una propuesta de convenio de seguridad, pero el alcalde ha calificado esa invitación como una simple politización del tema.
El jefe del Ejecutivo estatal también conminó al municipio para que contrate policías auxiliares en eventos masivos y centros nocturnos, pero solo de palabra, pues de manera oficial no se ha recibido ninguna propuesta por escrito.
