Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Autoridades de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) dieron a conocer el proyecto "Reforestación adaptada al cambio climático para la conservación de la mariposa monarca", cuyo objetivo es ayudar a que estos insectos encuentren un hábitat más favorable.
Para Cuauhtémoc Sáenz Romero, doctor del Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales (Inirena), el clima propicio para el árbol de oyamel o Abies Religiosa va a desaparecer en la Reserva de la Biosfera de Monarca para el 2090, por lo que urgen tomar acciones para un desarrollo sustentable de la zona.
El investigador precisó que diversos modelos de cambio climático indican que el hábitat de estos insectos va a extinguirse por completo, pues el espacio en las montañas se acaba de forma acelerada, además, el oyamel no podría plantarse a más de 3 mil 500 metros sobre el nivel del mar.
“A más de esa altura existen afloramientos rocosos, no hay superficie o altitud (…) para salvar al oyamel y la mariposa tendrían que establecerse sitios de estancia invernal fuera de la reserva complementaria a los que ya están, como la biósfera de El Rosario en Angangueo o en el Santuario de Sierra Chincua”, detalló.
En ese caso, tendría que ser a una altitud mayor que no hay en la reserva, por ejemplo, en el Nevado de Toluca a 3 mil 800 o 4 mil metros sobre el nivel del mar, por ende, se encuentran realizando experimentos más allá del límite al cual están acostumbrados, para medir la sobrevivencia y el crecimiento del oyamel bajo un clima futuro.
De forma paralela se trabaja en la creación de un vivero experimental, que consiste en producir arbustos que sirvan como plantas nodrizas o plantas protectoras para el oyamel en las reforestaciones que se hacen en la Biósfera en la frontera del Estado de México con Michoacán.
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Sáenz Romero explicó que estudios previos indican que cuando la reforestación se realiza sembrando las plántulas de oyamel bajo la sombra de arbustos, la sobrevivencia de la especie es del 90% a cuatro años posteriores, y por el contrario, solo un 10% dejando que la planta se ve expuesta a temperaturas extremas en temporadas secas y de invierno.
“El problema es que ningún vivero forestal de la Reserva de la Biósfera, ni de instituciones gubernamentales, no gubernamentales o ejidos producen plantas de arbustos, (…) todo mundo está de acuerdo en hacer reforestación, pero no es solo plantar”, refirió.
En ese sentido, la idea es crear un método para producir la planta en el vivero en los sitios perturbados por incendios, tala ilegal o pastoreo donde no existan arbustos preexistentes a la reforestación.
En el ejido de la Mesa en San José del Rincón, en el Estado de México, se creó un vivero comunitario, además, en el Área de protección de flora y fauna del Nevado de Toluca se realizó un ensayo denominado “trasplantes recíprocos de oyamel” a distintas altitudes para compensar los efectos del cambio climático.
A este fenómeno se le conoce como “migración asistida protegida”, porque se mueven los árboles a través del humano y utilizando arboles protectores o plantas nodrizas; estas pruebas se realizaron a 3 mil 400, 3 mil 600, 3 mil 800 y 4 mil metros de altura. “La tragedia del cambio climático no es solo su magnitud, sino su velocidad a la que ocurre”, finalizó el especialista.
Estudiantes diseñan cápsulas para difundir el proyecto
Para dar difusión al proyecto, tres estudiantes de la Facultad de Biología colaboran con el Inirena realizando cápsulas informativas para lograr un alcance mayor entre la población, material que puede ser visto en las redes sociales de la UMSNH.
El director de los cortometrajes, Martel Blanco de la Cruz, refirió que esto representa una oportunidad para desarrollar otras habilidades y fusionar lo audiovisual con sus estudios. Por su parte, Marco Tulio Sánchez, director de fotografía, dijo que se trata de un trabajo importante que sirve para incentivar buenas prácticas con el medio ambiente.
