Aún no tenemos propuestas que arrojen claridad de cara a los comicios próximos, inician los movimientos al interior de los partidos políticos, quienes aspiran a cargos de representación popular levantan la mano y las especulaciones se multiplican. Más que propuestas se mencionan nombres de futuros contendientes, esto es la reiteración o Deja Vü típico en tiempos previos a los comicios.
No deja de ser una gran novedad que en las próximas elecciones federales sean dos mujeres las principales contendientes, ello independientemente de quien habrá de ser la carta aún no definida en Movimiento Ciudadano que marcha con un evidente retraso comparativamente con Morena y el Frente Amplio Opositor.
En México la mujer comenzó a participar con la emisión del voto ciudadano a partir de 1953, poco más allá de la primera mitad del siglo XX, ello transcurrió en el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines, la exclusión citada parece haberse calcado de la democracia clásica en la antigua Atenas hace 25 siglos.
Claudia Sheinbaum destaca por los números que han publicado diversas encuestadoras, la aspirante de Morena parece crecer en la aceptación ciudadana mientras Xóchitl Gálvez desciende. Evidentemente, la política está impregnada de imponderables aunque no está ausente una lógica razonable si nos basamos en el realismo.
La ex jefa de Gobierno de la capital del país cuenta con el respaldo de la mayoría de Morena, casi la unanimidad, ella representa a la 4T, ganó sin dificultades el proceso interno del que se habla mucho y Marcelo Ebrard ha cuestionado aunque sin mayores soportes que evidencien sus quejas y señalamientos reiterados.
Xóchitl Gálvez va por el Frente Amplio aunque con algunas dificultades, no todo se gana con chistes ni con plagios, aunque falta mucho camino por recorrer, los partidos que le respaldan no tienen necesariamente un alto número de referentes. La oposición no disimula su propia crisis, los liderazgos parecen ausentes. En política lo que parece es diría don Jesús Reyes Heroles.
La cada vez mayor participación de la mujer en actividades de la vida política mexicana resulta estimulante, la lucha por los espacios trascendentes en los que se toman decisiones es una señal de la normalidad que pasa, necesariamente, por la normalidad democrática.
Las ideologías parecen haber sucumbido ante un pragmatismo creciente en donde todo se vale con tal de agenciarse el poder, además éste es el objetivo final de los partidos políticos si leemos cualquier manual de la teoría política.
La geometría política es un referente histórico que en momentos parece estar descontinuada del inventario de usos y costumbres del siglo XXI.
En México permea el maniqueísmo, la polarización a ultranza, buenos contra malos como lo ha registrado la historia oficial, esa que pule el bronce y deposita en el cesto de la basura a quienes no van acordes con los designios de los poderosos temporales.
Siempre será oportuno hacer un llamado a la unidad nacional aunque esta aspiración en muchos casos raya en la utopía porque el grado de los desencuentros parecen no tener retorno, los enconos prevalecen y máxime ahora que estamos en tiempos electorales en donde en muchos casos se destila veneno, crispación y frivolidad.
Presidente de la Crónica de Paracho 2020-2022, Trabajó como Secretario en Secretaría de Difusión Cultural y Extensión Universitaria.
