Murió Pablo Milanés y su legado se queda con la trova, sus letras, la poesía cubana así como su indiscutible calidad que permanecerá, ni pensar que se diluya porque ya pertenece a varias generaciones que cantan sus canciones las cuales acentúan la esperanza, el amor y la protesta.
Supe de la obra de Pablo hace una buena cantidad de años, muchas de sus composiciones las cantan diversos artistas, el hermanamiento a través de la nueva trova cubana nos hace invocar a Silvio Rodríguez y Amaury Pérez, por citar dos nombres.
Alguna vez lo vimos en concierto en pleno Centro Histórico de Morelia, allí en la plancha de cemento su voz clara arrancaba aplausos e invitaba a encender la memoria para corear muchas de sus interpretaciones: El breve espacio, Yolanda, Para vivir, De que callada manera. Muchas pasaban lista de asistencia para disfrutar del derroche de inspiración y recordar versos del llamado poeta nacional en Cuba Nicolás Guillén.
En los últimos años han fallecido grandes artistas que compartieron su inspiración, su verso y talento que significan luces para un mundo que en muchas ocasiones parece estar bajo una tenebrosa oscuridad parida por la violencia y la desigualdad, ya ni hablar de los estragos que ha producido la pandemia que mostró sus alcances en contra de tantas vidas para alterar nuestra convivencia cotidiana.
Algunos de los artistas que han muerto por diversas causas son Óscar Chávez, Luis Eduardo Aute, antes Facundo Cabral, Mercedes Sosa, Alberto Cortez, en el ámbito de la actuación recién falleció Héctor Bonilla. Cada cual deja un legado que podemos escuchar en cualquier momento.
Pablo Milanés tuvo canciones para muchos momentos, cantó al amor también a los pueblos de América, por ejemplo recuerdo la letra de aquella canción dedicada a Chile, yo pisaré las calles nuevamente de lo que de Santiago ensangrentada y en una hermosa plaza liberada me detendré a llorar por los ausentes con esta aportación pensaba en Salvador Allende el valiente presidente víctima de un artero golpe militar, en Víctor Jara masacrado en la capital del país andino.
Las canciones de Milanés tienen una indiscutible belleza, son poemas que remueven sentimientos y sacuden emociones, destapan la caja de los recuerdos para hacer brotar la nostalgia de una manera elegante antes, ahora y después.
Murió Pablo Milanés, una persona observadora de la realidad de su país y el mundo, habrá quienes le reprochen porque cuestionó a las administraciones de su país natal, aunque en la democracia se puede y debe disentir porque no cabe un pensamiento único, no es posible en un mundo diverso que no debe aceptar imposiciones. Se ocupa más y mejor democracia.
En automático recordamos muchas de sus canciones, fue un acto de justicia que Pablo musicalizara versos de Nicolás Guillén, como Tengo o De que callada manera, Cuba aportó siempre poesía fecunda y cálida, nunca se olvidará, por ejemplo, a José Martí. La canción Yolanda de Milanés tiene una letra espectacularmente bella, se trata de una gran declaración de amor: si me faltaras no voy a morirme, si he de morir quiero que sea contigo.
Murió el gran Pablo Milanés, lo cierto es que su obra, música y poesía se quedan por siempre.