En una audiencia más para escuchar a testigos del caso Jessica González, asesinada en 2020, un perito de investigación aseguró ante el juez que el 23 de septiembre de ese año entrevistó a Fernando N., padrastro del hoy imputado Diego Urik, quien refirió que el joven le llamó dos días antes para pedirle que le consiguiera un abogado, pues lo estaban incriminando en la desaparición de una amiga a la que sí había visto, pero de la cual no sabía su paradero.
En esa declaración se asentó que el mismo Fernando llevó el automóvil Polo color gris, propiedad de Urik, a un autolavado donde le hicieron una limpieza a fondo, incluso desmontando los asientos. Al preguntar el porqué de esta acción, el entrevistado solo dijo que el coche lo necesitaba al estar muy sucio.
Fernando también presenció la inspección al domicilio que en ese momento compartía con Diego Urik, la madre de éste y un hermano, en el cual se encontraron algunas evidencias como un par de playeras, unos tenis, unos calcetines y un libro, los cuales forman parte de la investigación en curso, al ser la ropa que presuntamente portaba el joven al momento de cargar un cadáver aquel 21 de septiembre, de lo cual han testificado ya dos de sus antiguos amigos.
Te puede interesar: Antiguo amigo de Diego Urik atestigua sobre feminicidio de Jessica
Uno de esos compañeros es Diego Sáyago, que también fue entrevistado el 25 de septiembre en las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE). Ahí confesó haber presenciado el momento en que Urik cargó el cuerpo que en apariencia era de una mujer joven para llevarlo a un terreno boscoso cercano al fraccionamiento Bosque Monarca. Tras sus dichos, la policía obtuvo los indicios para finalmente encontrar el cadáver de Jessica González Villaseñor.
Como se documentó en este portal, tanto Sáyago como Jair N. ya testificaron sobre los hechos, asegurando que Urik los llamó para pedirles ayuda y mostrarles un cuerpo envuelto en una sábana azul turquesa metido en la cajuela del Polo gris. Al negarse, fue que caminó en solitario para arrojar el cadáver bosque adentro. Ambos fueron detenidos momentáneamente por el delito de encubrimiento, pero obtuvieron un criterio de oportunidad a cambio de aportar información.
Los abogados defensores centraron sus alegatos en evidenciar algunas deficiencias en la investigación. Una de ellas fue que el perito que arribó a la zona del hallazgo firmó su reporte con horas equivocadas, lo que el agente aceptó dando como pretexto que era la única hoja disponible y que el error del llenado era de otro trabajador de la misma FGE.
También demostraron que otro perito que solicitó videos en Bosque Monarca no llenó su reporte en ese instante como lo dicta la ley, sino horas después en su oficina. La respuesta fue simple: “porque tengo mala letra y no se me iba a entender”.
La próxima audiencia está programada para el lunes 15 de agosto, donde se tienen programados a otros peritos de la Fiscalía para rendir su testimonio.
