Morelia, Michoacán (OEM-Infomex).- Se acabó el amor. Celeste Maldonado y Mariana Aguirre decidieron poner fin a su matrimonio tras haber sostenido la relación por 9 años. Su separación, significó el noveno divorcio en Michoacán de la comunidad LGBT.
De manera irónica, la ex pareja fue una de las primeras en casarse por la vía legal en la Ciudad de México. En aquel entonces, dice Celeste que el “amor era más grande que cualquier otra cosa” y que por ello hicieron el esfuerzo de viajar y realizar los trámites necesarios.
Si bien considera que el tema de los matrimonios igualitarios representa todavía un tabú en la sociedad, también es honesta al afirmar que nunca fueron víctimas de discriminación y que su unión legal se dio en los términos y tiempos establecidos.
Hablar del divorcio tampoco le pesa ni le da miedo. Si de algo sirve, abunda, es para abrir la mente de las personas, “porque finalmente somos iguales, pues ya sean parejas homosexuales o heterosexuales, la igualdad no puede estar en duda”.
Te puede interesar: Depresión, principal causa de suicidio
De acuerdo a los datos proporcionados por la Dirección de Registro Civil del Estado de Michoacán, el primer divorcio de un matrimonio igualitario se presentó el 10 de julio del 2017, mientras que en este año se han dado cuatro casos más; en lo que respecta a las cifras generales, en este 2020 se han concretado un total de 2 mil 202 separaciones legales, siendo el mes de enero el que presenta un índice mayor con 631 divorcios.
No todo está dicho. Celeste Maldonado opina que el marco legal todavía muestra deficiencias para la comunidad LGBT y que reformar el Código Familiar y Penal son pendientes que Michoacán sigue sin atender.
Con su acta de divorcio en mano y en un ejercicio de honestidad, confiesa que con su ex esposa vivieron episodios de violencia generada por ambas partes. Al revisar las leyes, señala que no se encuentra un apartado que aborde esta problemática que se presenta entre parejas homosexuales.
Te puede interesar: Infancias trans: una realidad visible
Celeste dice que sí, que se volvería a casar. “El objetivo del ser humano es la felicidad”, concluye. Por su parte, Mariana Aguirre se mostró más reservada en todo momento y simplemente tomó su camino tras haber firmado el documento.
A eso de las 12:30 de la tarde, Celeste y Mariana se dijeron adiós por última vez. No hubo drama, alaridos ni tampoco festejos. Cada una tomó calles distintas para cumplir cabalmente con aquello que se dice: “El amor no es para siempre, sino hasta donde es sano”.
