/ viernes 12 de enero de 2024

2024: Educación con evaluación ciudadana

El tiempo es inexorable, ha llegado el momento de la evaluación ciudadana al sistema educativo. En nuestro sistema democrático esto sucede cada jornada electoral.

Por encima del discurso, del mensaje y de los ingentes eslóganes que se anticipan para el proceso electoral, las acciones que han realizado actores políticos, funcionarios de elección popular, legisladores y personal designado exclaman tan fuerte que ni sus más estudiadas poses ante los reflectores impactarán tan fuerte la conciencia de la ciudadanía como el cúmulo de hechos atestiguados durante tres años, consecuencia de las actuaciones de los servidores públicos en comento.

Para efectos prácticos, el 2 de junio ya se sabrá cómo fue el proceso educativo en las escuelas michoacanas.
Ya los ciudadanos contaremos con evidencias acerca del impacto de las reformas educativas de este sexenio federal, de la primera mitad del sexenio a escala estatal y del periodo de gobierno municipal completo, así como del cierre de los ciclos del poder legislativo estatal y federal.

Desde lo local, a 27 meses de la nueva administración pública estatal, ya sabremos la medida del impacto en la vivencia de derechos de las infancias y juventudes de las políticas educativas de la Secretaría de Educación en el Estado y sus dos titulares hasta el momento.

Así también, conoceremos los alcances de la LXXV legislatura en el congreso local, donde los diputados debieron legislar para mejorar el sistema educativo estatal, tanto en su operatividad, presupuestación, fiscalización, en su armonización con la normatividad vigente a nivel federal, así como en su mejora continua para la progresividad de los derechos a estar, aprender y participar de las niñas, niños y jóvenes en Michoacán; lo cual se aúna a las acciones de gestión que realizan los legisladores.

Así también, habrá transcurrido un sexenio para evaluar las actuaciones de los senadores de la república de origen michoacano, quienes han participado en las reformas constitucionales, a la vez que han fungido como gestores de diversas causas ante las instancias del poder ejecutivo federal y estatal.

En los municipios, ya conoceremos quiénes fueron los presidentes municipales que priorizaron la evolución y desarrollo integral de las generaciones en formación, quiénes contribuyeron a que las escuelas sostuvieran condiciones para el aprendizaje y quienes arroparon a los estudiantes en vulnerabilidad.

En suma, contaremos con mucha información, al alcance de una búsqueda en las fuentes oficiales, a través de sus plataformas electrónicas, para ponderar las actuaciones de nuestros empleados y tomar decisiones, a través de la emisión de nuestro voto.

Por sí mismos, los políticos no colocarán al centro la agenda educativa. La demoscopía, propia de las encuestas electorales de estos tiempos invariablemente muestran que la educación no es percibida por la población como uno de los cinco principales problemas públicos siquiera, lo cual hace que los asesores y cuartos de guerra la soslayen. Por ende, es escasa la atención que recibe en el discurso, las propuestas, la construcción de la plataforma electoral y los compromisos de campaña.

¡Comencemos por ahí! Hagamos conciencia de la trascendencia estratégica en el largo plazo de un buen sistema educativo para nosotros, nuestras familias y nuestras comunidades. Elevemos la prioridad y la rentabilidad electoral de atreverse a transformar el sistema educativo.

La intervención ciudadana debe ser para exigir se solucione la crisis en materia de aprendizajes, principalmente en comprensión lectora, matemáticas y ciencias, así como en arropamiento socioemocional y socioeconómico para que todas las niñas, niños y jóvenes puedan, efectivamente, estar, aprender y participar en las escuelas, en contextos libres de violencia e iniquidad.

Demandemos escuelas dignas, con presupuestación suficiente para contar con infraestructura, maestros, equipamiento, supervisión escolar, personal de asistencia y apoyo a la educación, con cobertura universal, con programas socioeducativos, que aseguren la inclusión y universalidad de la educación sin discriminación alguna, atajando la reprobación, abandono escolar y la ruptura de trayectorias educativas completas.

Para los maestros son impostergables la formación inicial, continua y condiciones de trabajo que materialicen la discursada revalorización docente, asegurando que no solamente sean salarios, clima laboral, prestaciones ni pagos puntuales, sino que los beneficiarios principales de los servicios educativos acudan a las escuelas en las mejores condiciones para su aprendizaje, lo cual implica contar con ciclos escolares completos, con jornadas educativas extendidas y alimentación escolar.

La escuela está al centro de la comunidad, por lo cual debe ser un centro donde prevalezca un sistema de gobernanza para el ejercicio compartido de las decisiones entre maestros, directivos, estudiantes y padres de familia, donde florezca el liderazgo colaborativo, visionario y transformacional; nunca más que sean enclaves de autoritarismo, blindados por bardas altas y portones eternamente cerrados.

La evaluación ciudadana es el primer paso para construir la sociedad educadora que nos merecemos. La transformación educativa también es elección nuestra.

Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles

*Doctor en ciencias del desarrollo regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C.

El tiempo es inexorable, ha llegado el momento de la evaluación ciudadana al sistema educativo. En nuestro sistema democrático esto sucede cada jornada electoral.

Por encima del discurso, del mensaje y de los ingentes eslóganes que se anticipan para el proceso electoral, las acciones que han realizado actores políticos, funcionarios de elección popular, legisladores y personal designado exclaman tan fuerte que ni sus más estudiadas poses ante los reflectores impactarán tan fuerte la conciencia de la ciudadanía como el cúmulo de hechos atestiguados durante tres años, consecuencia de las actuaciones de los servidores públicos en comento.

Para efectos prácticos, el 2 de junio ya se sabrá cómo fue el proceso educativo en las escuelas michoacanas.
Ya los ciudadanos contaremos con evidencias acerca del impacto de las reformas educativas de este sexenio federal, de la primera mitad del sexenio a escala estatal y del periodo de gobierno municipal completo, así como del cierre de los ciclos del poder legislativo estatal y federal.

Desde lo local, a 27 meses de la nueva administración pública estatal, ya sabremos la medida del impacto en la vivencia de derechos de las infancias y juventudes de las políticas educativas de la Secretaría de Educación en el Estado y sus dos titulares hasta el momento.

Así también, conoceremos los alcances de la LXXV legislatura en el congreso local, donde los diputados debieron legislar para mejorar el sistema educativo estatal, tanto en su operatividad, presupuestación, fiscalización, en su armonización con la normatividad vigente a nivel federal, así como en su mejora continua para la progresividad de los derechos a estar, aprender y participar de las niñas, niños y jóvenes en Michoacán; lo cual se aúna a las acciones de gestión que realizan los legisladores.

Así también, habrá transcurrido un sexenio para evaluar las actuaciones de los senadores de la república de origen michoacano, quienes han participado en las reformas constitucionales, a la vez que han fungido como gestores de diversas causas ante las instancias del poder ejecutivo federal y estatal.

En los municipios, ya conoceremos quiénes fueron los presidentes municipales que priorizaron la evolución y desarrollo integral de las generaciones en formación, quiénes contribuyeron a que las escuelas sostuvieran condiciones para el aprendizaje y quienes arroparon a los estudiantes en vulnerabilidad.

En suma, contaremos con mucha información, al alcance de una búsqueda en las fuentes oficiales, a través de sus plataformas electrónicas, para ponderar las actuaciones de nuestros empleados y tomar decisiones, a través de la emisión de nuestro voto.

Por sí mismos, los políticos no colocarán al centro la agenda educativa. La demoscopía, propia de las encuestas electorales de estos tiempos invariablemente muestran que la educación no es percibida por la población como uno de los cinco principales problemas públicos siquiera, lo cual hace que los asesores y cuartos de guerra la soslayen. Por ende, es escasa la atención que recibe en el discurso, las propuestas, la construcción de la plataforma electoral y los compromisos de campaña.

¡Comencemos por ahí! Hagamos conciencia de la trascendencia estratégica en el largo plazo de un buen sistema educativo para nosotros, nuestras familias y nuestras comunidades. Elevemos la prioridad y la rentabilidad electoral de atreverse a transformar el sistema educativo.

La intervención ciudadana debe ser para exigir se solucione la crisis en materia de aprendizajes, principalmente en comprensión lectora, matemáticas y ciencias, así como en arropamiento socioemocional y socioeconómico para que todas las niñas, niños y jóvenes puedan, efectivamente, estar, aprender y participar en las escuelas, en contextos libres de violencia e iniquidad.

Demandemos escuelas dignas, con presupuestación suficiente para contar con infraestructura, maestros, equipamiento, supervisión escolar, personal de asistencia y apoyo a la educación, con cobertura universal, con programas socioeducativos, que aseguren la inclusión y universalidad de la educación sin discriminación alguna, atajando la reprobación, abandono escolar y la ruptura de trayectorias educativas completas.

Para los maestros son impostergables la formación inicial, continua y condiciones de trabajo que materialicen la discursada revalorización docente, asegurando que no solamente sean salarios, clima laboral, prestaciones ni pagos puntuales, sino que los beneficiarios principales de los servicios educativos acudan a las escuelas en las mejores condiciones para su aprendizaje, lo cual implica contar con ciclos escolares completos, con jornadas educativas extendidas y alimentación escolar.

La escuela está al centro de la comunidad, por lo cual debe ser un centro donde prevalezca un sistema de gobernanza para el ejercicio compartido de las decisiones entre maestros, directivos, estudiantes y padres de familia, donde florezca el liderazgo colaborativo, visionario y transformacional; nunca más que sean enclaves de autoritarismo, blindados por bardas altas y portones eternamente cerrados.

La evaluación ciudadana es el primer paso para construir la sociedad educadora que nos merecemos. La transformación educativa también es elección nuestra.

Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles

*Doctor en ciencias del desarrollo regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C.

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