/ viernes 14 de enero de 2022

La perspectiva de género en las entrañas del narcotráfico.

Por Mariel Ramírez

El pasado 04 de enero se conmemoró el día internacional de las y los periodistas y a propósito de la fecha deseo compartir en estas líneas mi punto de vista sobre la última investigación publicada en el mes de noviembre por la periodista mexicana Anabel Hernández. La cual lleva por nombre “Emma y las otras señoras del Narco”. A juzgar por el título, se podría pensar que estamos ante una ficción literaria con temática de narcotráfico, como las que usualmente acaparan los rankings en el gusto popular. Nada más opuesto a ello; esta vez no se trata de una obra apologética de la narcocultura imperante donde los personajes principales son representados de manera casi heroica, los cuales de esta manera son impuestos a nuestrxs jóvenes, quienes en su propia búsqueda identitaria aunada a las condiciones económicas y socioculturales, encuentran en estos personajes referentes de conductas absurdamente admiradxs.

Anabel Hernández dedica esta investigación - descrita por otros como “casi antropológica – a las mujeres de México, a las luchadoras ya a las víctimas, pero además lanza una poderosa provocación e invitación a las mujeres coludidas con el crimen, a hacer uso de la voz, a no quedarse calladas y romper el omertá, pacto silente impuesto a las mujeres que se relacionan con personajes de la mafia, en una especie de “Me too” de las mujeres del narco, como acto de rebeldía. Y con ello romper estas imágenes idealizadas de vidas rodeadas de glamour y opulencia que también sirven de anzuelo para las mentes más frágiles. En una entrevista realizada a la autora, cuenta cómo es que su más reciente línea de investigación ha sido inspirada en el trabajo de su colega y amiga española Rosa Montero, el cual lleva por título “Dictadoras. Las mujeres de los hombres más despiadados de la historia”, en donde también se lanza la interrogante sobre el papel que juegan sus esposas, amantes e hijas como soporte y aliento de sus malignas empresas; quedando expuesto el círculo íntimo de las vidas de personajes infames de la Historia Mundial como lo fueron Stalin, Hitler, Mussolini y Franco.

Es desde ese enfoque y mediante el recorrido por las páginas de esta investigación periodística en cuestión, que podremos observar la reproducción exacerbada del sistema patriarcal capitalista en sus expresiones más crudas. En palabras de la propia investigadora: “En México el sistema criminal tiene rostro masculino no solo porque en su mayoría son hombres quienes ocupan las cúpulas de poder, sino por tratarse de un sistema patriarcal donde la prepotencia sobre el más frágil […] y el menosprecio por la existencia y los derechos del otro son la normativa”. Con esta afirmación la periodista nos introduce en las entrañas de un mundo sórdido y nos guía con la interrogante sobre el papel que juegan las mujeres dentro de la estructura criminal, ya que, de manera importante, contribuyen en la legitimación de las conductas criminales de sus parejas, amantes o familiares, a través de la satisfacción de necesidades biológicas, reproductivas, pero también afectivas. Es por ello que, para quienes buscamos porqués ante la maldad humana y la realidad violenta en que vivimos, vale la pena echarle un vistazo a las valientes y arriesgadas investigaciones que realiza la periodista antes mencionada.

Sobra decir que el crimen organizado con sus dolorosos estragos, es una realidad que nos concierne a todos en tanto que, de diversas maneras, todxs como sociedad sufrimos las afecciones. Es por ello que, más allá del tono de “nota rosa” que algunos medios de comunicación dedicados a temas de espectáculos le han otorgado a la investigación, debido esto a los nombres de personajes del medio del espectáculo que salen a relucir por sus relaciones con criminales, la periodista trata un punto importante que no debemos perder de vista como sociedad, y es que, estamos frente a una normalización y permisividad de la sociedad hacia estos personajes criminales a tal grado de volverlos protagonistas en de series, canciones y películas, pero no debemos olvidar que estas personas son verdaderos criminales y tristemente constatar que, la realidad supera la ficción.

Otra de las realidades que esta investigación revela es cómo en la estructura criminal del narcotráfico, las mujeres son cosificadas y clasificadas para su venta al mejor postor según el rango que ocupa en la jerarquía. Actrices de renombre, modelos, prostitutas VIP, amantes y esposas, todas ellas tratadas como artículos comprados y vendidos con el dinero del narco, útiles para cubrir necesidades vitales, pero también para transmitir información y realizar alianzas entre cúpulas de poder mediante el comercio de ellas. Y entre más reconocidos son los nombres de estas mujeres, mayor es el estímulo y la recompensa a sus delitos, nos dice la autora que la degradación voluntaria de estas mujeres famosas que conviven con los narcotraficantes, indirectamente condena a las demás mujeres.

Finalmente me gustaría traer a la reflexión el cómo es que la perspectiva de género toma relevancia en los afanes por combatir las estructuras criminales que forman parte del sistema patriarcal capitalista. Ya que en México comienzan a circular líneas de investigación con enfoque de género que en otros países ya se llevan a cabo por instituciones judiciales, como un intento de conocer cómo se configuran estas estructuras criminales en sus aspectos más profundos, para poder combatirlos mejor.

Por Mariel Ramírez

El pasado 04 de enero se conmemoró el día internacional de las y los periodistas y a propósito de la fecha deseo compartir en estas líneas mi punto de vista sobre la última investigación publicada en el mes de noviembre por la periodista mexicana Anabel Hernández. La cual lleva por nombre “Emma y las otras señoras del Narco”. A juzgar por el título, se podría pensar que estamos ante una ficción literaria con temática de narcotráfico, como las que usualmente acaparan los rankings en el gusto popular. Nada más opuesto a ello; esta vez no se trata de una obra apologética de la narcocultura imperante donde los personajes principales son representados de manera casi heroica, los cuales de esta manera son impuestos a nuestrxs jóvenes, quienes en su propia búsqueda identitaria aunada a las condiciones económicas y socioculturales, encuentran en estos personajes referentes de conductas absurdamente admiradxs.

Anabel Hernández dedica esta investigación - descrita por otros como “casi antropológica – a las mujeres de México, a las luchadoras ya a las víctimas, pero además lanza una poderosa provocación e invitación a las mujeres coludidas con el crimen, a hacer uso de la voz, a no quedarse calladas y romper el omertá, pacto silente impuesto a las mujeres que se relacionan con personajes de la mafia, en una especie de “Me too” de las mujeres del narco, como acto de rebeldía. Y con ello romper estas imágenes idealizadas de vidas rodeadas de glamour y opulencia que también sirven de anzuelo para las mentes más frágiles. En una entrevista realizada a la autora, cuenta cómo es que su más reciente línea de investigación ha sido inspirada en el trabajo de su colega y amiga española Rosa Montero, el cual lleva por título “Dictadoras. Las mujeres de los hombres más despiadados de la historia”, en donde también se lanza la interrogante sobre el papel que juegan sus esposas, amantes e hijas como soporte y aliento de sus malignas empresas; quedando expuesto el círculo íntimo de las vidas de personajes infames de la Historia Mundial como lo fueron Stalin, Hitler, Mussolini y Franco.

Es desde ese enfoque y mediante el recorrido por las páginas de esta investigación periodística en cuestión, que podremos observar la reproducción exacerbada del sistema patriarcal capitalista en sus expresiones más crudas. En palabras de la propia investigadora: “En México el sistema criminal tiene rostro masculino no solo porque en su mayoría son hombres quienes ocupan las cúpulas de poder, sino por tratarse de un sistema patriarcal donde la prepotencia sobre el más frágil […] y el menosprecio por la existencia y los derechos del otro son la normativa”. Con esta afirmación la periodista nos introduce en las entrañas de un mundo sórdido y nos guía con la interrogante sobre el papel que juegan las mujeres dentro de la estructura criminal, ya que, de manera importante, contribuyen en la legitimación de las conductas criminales de sus parejas, amantes o familiares, a través de la satisfacción de necesidades biológicas, reproductivas, pero también afectivas. Es por ello que, para quienes buscamos porqués ante la maldad humana y la realidad violenta en que vivimos, vale la pena echarle un vistazo a las valientes y arriesgadas investigaciones que realiza la periodista antes mencionada.

Sobra decir que el crimen organizado con sus dolorosos estragos, es una realidad que nos concierne a todos en tanto que, de diversas maneras, todxs como sociedad sufrimos las afecciones. Es por ello que, más allá del tono de “nota rosa” que algunos medios de comunicación dedicados a temas de espectáculos le han otorgado a la investigación, debido esto a los nombres de personajes del medio del espectáculo que salen a relucir por sus relaciones con criminales, la periodista trata un punto importante que no debemos perder de vista como sociedad, y es que, estamos frente a una normalización y permisividad de la sociedad hacia estos personajes criminales a tal grado de volverlos protagonistas en de series, canciones y películas, pero no debemos olvidar que estas personas son verdaderos criminales y tristemente constatar que, la realidad supera la ficción.

Otra de las realidades que esta investigación revela es cómo en la estructura criminal del narcotráfico, las mujeres son cosificadas y clasificadas para su venta al mejor postor según el rango que ocupa en la jerarquía. Actrices de renombre, modelos, prostitutas VIP, amantes y esposas, todas ellas tratadas como artículos comprados y vendidos con el dinero del narco, útiles para cubrir necesidades vitales, pero también para transmitir información y realizar alianzas entre cúpulas de poder mediante el comercio de ellas. Y entre más reconocidos son los nombres de estas mujeres, mayor es el estímulo y la recompensa a sus delitos, nos dice la autora que la degradación voluntaria de estas mujeres famosas que conviven con los narcotraficantes, indirectamente condena a las demás mujeres.

Finalmente me gustaría traer a la reflexión el cómo es que la perspectiva de género toma relevancia en los afanes por combatir las estructuras criminales que forman parte del sistema patriarcal capitalista. Ya que en México comienzan a circular líneas de investigación con enfoque de género que en otros países ya se llevan a cabo por instituciones judiciales, como un intento de conocer cómo se configuran estas estructuras criminales en sus aspectos más profundos, para poder combatirlos mejor.