/ lunes 27 de noviembre de 2023

Frente agrietado

El gran desafío para las dirigencias nacionales del PAN, PRI y PRD será operar la coalición Fuerza y Corazón por México en los estados. Las diferencias son notorias, tan es así que las negociaciones sólo alcanzaron para un acuerdo parcial: 253 de los 300 distritos federales electorales y 30 de 32 fórmulas al Senado.

Incluso minutos antes de que fuera registrada ante el Instituto Nacional Electoral, la coalición estuvo en riesgo ante la amenaza de fractura del PRD, toda vez que su dirigente nacional, Jesús Zambrano, acusaba a sus contrapartes de PAN y PRI de excluir a su partido de las candidaturas.

Uno de los desacuerdos más importantes giraba en torno de Michoacán, en donde el PRD argumenta que sigue teniendo uno de sus bastiones más importantes y le estaban negando encabezar la fórmula opositora al Senado. Al final el PAN cedió.

Lo cierto es que el conglomerado opositor tiene por lo menos tres grandes problemas:

Primero: no cuenta con figuras relevantes en la gran mayoría de los estados que puedan competir con posibilidades de ganar a las candidaturas de Morena y sus aliados. Una evidencia significativa se dio en Morelos, en donde apenas la senadora y aspirante a la candidatura morenista a la gubernatura Lucy Meza renunció, fue anunciada como candidata opositora.

Segundo: tiene una natural proclividad a la fractura. El caso más paradigmático es la Ciudad de México. El descontento vino primero del exdelegado de Cuajimalpa, el priista Adrián Rubalcava, quien acusó al dirigente nacional de su partido, Alejandro Moreno, de haberlo “utilizado” y abandonado durante el proceso de selección –de negociación-- que se desarrolló en el frente.

Cabe destacar, sin embargo, que hace meses que se sabía que el acuerdo entre los dirigentes nacionales era que la definición tanto de la candidatura presidencial como a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México le correspondería al PAN, tal y como sucedió con el abanderamiento de Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada (exdelegado de Benito Juárez), respectivamente.

Los rompimientos no terminaron ahí. El diputado de la Ciudad de México Víctor Hugo Lobo renunció a una militancia de 25 años en el PRD, acusando que “las decisiones de nuestro partido se han concentrado en una triada tirana en donde han despojado a las y los ciudadanos de la posibilidad de incidir”, refiriéndose a Zambrano, a Luis Espinoza Chazaro (coordinador de los diputados perredistas locales) y a su esposa, la dirigente del PRD en la Ciudad de México, Nora Arias Contreras.

Lo interesante es que Lobo se retira del PRD con una importante estructura que ha ido trabajando desde que se desempeñó como gobernante de uno de los territorios más poblados del país, la alcaldía Gustavo A. Madero: 60 de los 95 integrantes del Consejo Estatal, 10 presidentes de alcaldías, 15 miembros del Consejo Nacional y tres del Comité Ejecutivo Estatal. Una estructura que muy probablemente pase a ensamblarse y ponerse a las órdenes de Morena.

Tercero: comenzarán a pulular los acuerdos yuxtapuestos. Si el PRD será el gran aliado del PAN para buscar que su fórmula al Senado gané en Michoacán, en Tabasco y Yucatán serán duros adversarios. Lo que es más, habrá estados en donde estén juntos luchando por posicionar futuros diputados federales para tratar de evitar la mayoría absoluta de Morena en la Cámara de Diputados, pero sean los actores de una liza electoral cruenta en busca de ganar presidencias municipales.

La coalición opositora tiene un largo trecho que recorrer y muchas expectativas por cumplir. Por ejemplo, se comprometió a incluir liderazgos ciudadanos para que pudieran llegar al Congreso; hasta el momento quien ha anunciado que lo hará es el PRD, aunque en los hechos serán, al parecer, candidaturas más bien testimoniales.

El termómetro para medir el éxito del conglomerado opositor será el tamaño del contingente legislativo que logre colocar en el Congreso, y para eso se requerirá, por lo pronto, de un gran trabajo de operación política para evitar que se pase de un frente agrietado a uno francamente fracturado.

Amasijo

Se desarrolló en Natal, Brasil, el Seminario Internacional Federalismo y Gestión Metropolitana en Brasil y México, organizado por el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Federal de Río Grande del Norte. Tuve la oportunidad de impartir una conferencia y dialogar sobre cómo financiar los proyectos con perspectiva metropolitana. Ahí viene un gran reto para nuestro país, debido a la desaparición del Fondo Metropolitano, junto con otros 108 fideicomisos, y a las características que privan en nuestro modelo de federalismo fiscal. Mucho que aprender de la experiencia brasileña.



El gran desafío para las dirigencias nacionales del PAN, PRI y PRD será operar la coalición Fuerza y Corazón por México en los estados. Las diferencias son notorias, tan es así que las negociaciones sólo alcanzaron para un acuerdo parcial: 253 de los 300 distritos federales electorales y 30 de 32 fórmulas al Senado.

Incluso minutos antes de que fuera registrada ante el Instituto Nacional Electoral, la coalición estuvo en riesgo ante la amenaza de fractura del PRD, toda vez que su dirigente nacional, Jesús Zambrano, acusaba a sus contrapartes de PAN y PRI de excluir a su partido de las candidaturas.

Uno de los desacuerdos más importantes giraba en torno de Michoacán, en donde el PRD argumenta que sigue teniendo uno de sus bastiones más importantes y le estaban negando encabezar la fórmula opositora al Senado. Al final el PAN cedió.

Lo cierto es que el conglomerado opositor tiene por lo menos tres grandes problemas:

Primero: no cuenta con figuras relevantes en la gran mayoría de los estados que puedan competir con posibilidades de ganar a las candidaturas de Morena y sus aliados. Una evidencia significativa se dio en Morelos, en donde apenas la senadora y aspirante a la candidatura morenista a la gubernatura Lucy Meza renunció, fue anunciada como candidata opositora.

Segundo: tiene una natural proclividad a la fractura. El caso más paradigmático es la Ciudad de México. El descontento vino primero del exdelegado de Cuajimalpa, el priista Adrián Rubalcava, quien acusó al dirigente nacional de su partido, Alejandro Moreno, de haberlo “utilizado” y abandonado durante el proceso de selección –de negociación-- que se desarrolló en el frente.

Cabe destacar, sin embargo, que hace meses que se sabía que el acuerdo entre los dirigentes nacionales era que la definición tanto de la candidatura presidencial como a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México le correspondería al PAN, tal y como sucedió con el abanderamiento de Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada (exdelegado de Benito Juárez), respectivamente.

Los rompimientos no terminaron ahí. El diputado de la Ciudad de México Víctor Hugo Lobo renunció a una militancia de 25 años en el PRD, acusando que “las decisiones de nuestro partido se han concentrado en una triada tirana en donde han despojado a las y los ciudadanos de la posibilidad de incidir”, refiriéndose a Zambrano, a Luis Espinoza Chazaro (coordinador de los diputados perredistas locales) y a su esposa, la dirigente del PRD en la Ciudad de México, Nora Arias Contreras.

Lo interesante es que Lobo se retira del PRD con una importante estructura que ha ido trabajando desde que se desempeñó como gobernante de uno de los territorios más poblados del país, la alcaldía Gustavo A. Madero: 60 de los 95 integrantes del Consejo Estatal, 10 presidentes de alcaldías, 15 miembros del Consejo Nacional y tres del Comité Ejecutivo Estatal. Una estructura que muy probablemente pase a ensamblarse y ponerse a las órdenes de Morena.

Tercero: comenzarán a pulular los acuerdos yuxtapuestos. Si el PRD será el gran aliado del PAN para buscar que su fórmula al Senado gané en Michoacán, en Tabasco y Yucatán serán duros adversarios. Lo que es más, habrá estados en donde estén juntos luchando por posicionar futuros diputados federales para tratar de evitar la mayoría absoluta de Morena en la Cámara de Diputados, pero sean los actores de una liza electoral cruenta en busca de ganar presidencias municipales.

La coalición opositora tiene un largo trecho que recorrer y muchas expectativas por cumplir. Por ejemplo, se comprometió a incluir liderazgos ciudadanos para que pudieran llegar al Congreso; hasta el momento quien ha anunciado que lo hará es el PRD, aunque en los hechos serán, al parecer, candidaturas más bien testimoniales.

El termómetro para medir el éxito del conglomerado opositor será el tamaño del contingente legislativo que logre colocar en el Congreso, y para eso se requerirá, por lo pronto, de un gran trabajo de operación política para evitar que se pase de un frente agrietado a uno francamente fracturado.

Amasijo

Se desarrolló en Natal, Brasil, el Seminario Internacional Federalismo y Gestión Metropolitana en Brasil y México, organizado por el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Federal de Río Grande del Norte. Tuve la oportunidad de impartir una conferencia y dialogar sobre cómo financiar los proyectos con perspectiva metropolitana. Ahí viene un gran reto para nuestro país, debido a la desaparición del Fondo Metropolitano, junto con otros 108 fideicomisos, y a las características que privan en nuestro modelo de federalismo fiscal. Mucho que aprender de la experiencia brasileña.



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