/ lunes 15 de octubre de 2018

La convivencia escolar tiene programa nacional

Carlos Ceja Silva

En una escuela primaria en la que seguimos esperando que se establezca la transparencia y la rendición de cuentas, dentro del compromiso del gobierno abierto, se logró conocer que desde 2015 la Escuela José Ma. Morelos, con clave 16DPR2455K, establecida en la calle Uruapan Sur número 555 de Zamora, Michoacán, está incluida en el Programa Nacional de Convivencia Escolar, favoreciendo los ambientes de convivencia escolar que coadyuven a prevenir situaciones de acoso escolar en escuelas públicas propiciando condiciones para mejorar el aprovechamiento.

Con este programa, en esta escuela sabemos que se está cumpliendo con garantizar la calidad en la educación obligatoria, de manera que la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el aprendizaje de los estudiantes; contribuyendo a la convivencia humana, a fin de fortalecer el aprecio y respeto por la diversidad cultural y la dignidad de la persona. Esta información la obtenemos al recabar datos sobre la transparencia.

Más propósitos son la promoción de que existan ambientes seguros para el estudio, fortaleciendo las capacidades de gestión de las escuelas, en el contexto de su entorno, para el logro de los aprendizajes; impulsando ajustes al marco normativo para establecer con claridad derechos y deberes que faciliten un ambiente escolar de trabajo, disciplina, responsabilidad, cooperación y concordia, construyendo una convivencia respetuosa de los derechos humanos y la perspectiva de género, de la igualdad y no discriminación contra las mujeres.

Atendiendo las acciones para el fortalecimiento de la autonomía de gestión con la mejora de las competencias de lectura, escritura y matemáticas; normalidad mínima; disminución del rezago y abandono escolar y desarrollo de una buena convivencia, poniendo énfasis en la acción formativa y preventiva de situaciones de acoso, logrando la convivencia pacífica e inclusiva a través del desarrollo de habilidades socioemocionales, con la asesoría a personal educativo.

La parte crítica la compone el hecho de la participación de agentes externos que intentaron desestabilizar en los buenos propósitos establecidos por medio de este compromiso. Al recurrir a conocer un poco de la historia de esta institución, hace muchos años estuvo dirigida por el profesor Leonardo Andrés Ramos, posteriormente por el profesor Leopoldo Torres García, la profesora Ma. de Jesús Cervantes Villamar, más reciente, logrando conservar su buen prestigio y el que señala la información de la SEP como vigente es José Ramón García Álvarez (jubilado hace un año), entre otros, pero en estos años, en contradicción con la convivencia escolar armónica, pacífica e inclusiva, a dos docentes, por participar en su evaluación, intentaron expulsarlos de esta escuela, estando fuera por algún tiempo, hasta que mínimamente intervino la autoridad educativa, sólo con el apoyo “moral”, al no enviar a quien sustituyera a los expulsados, hasta que los directivos lograron evitar el acto represivo, reubicándolos nuevamente en sus funciones.

La educación básica como espacio para que los estudiantes aprendan a participar, ser responsables, a escuchar y ser escuchados, a generar acuerdos por medio de la comunicación, el respeto a la diversidad, la autorregulación de sus emociones y la solución pacífica de conflictos, impulsando la cultura de la transparencia y la rendición de cuentas para evitar la opacidad y la desinformación, dos condiciones en las que aflora la corrupción y el abuso de poder.

Vivir en democracia exige que los servidores públicos rindan cuentas de manera clara y oportuna y que la propia sociedad asuma la responsabilidad de comprender y exigir una gestión gubernamental apegada a un correcto ejercicio del servicio público. A mayor educación cívica, menor aceptación de actos corruptos y menor tolerancia a violar la ley. (--)

Carlos Ceja Silva

En una escuela primaria en la que seguimos esperando que se establezca la transparencia y la rendición de cuentas, dentro del compromiso del gobierno abierto, se logró conocer que desde 2015 la Escuela José Ma. Morelos, con clave 16DPR2455K, establecida en la calle Uruapan Sur número 555 de Zamora, Michoacán, está incluida en el Programa Nacional de Convivencia Escolar, favoreciendo los ambientes de convivencia escolar que coadyuven a prevenir situaciones de acoso escolar en escuelas públicas propiciando condiciones para mejorar el aprovechamiento.

Con este programa, en esta escuela sabemos que se está cumpliendo con garantizar la calidad en la educación obligatoria, de manera que la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el aprendizaje de los estudiantes; contribuyendo a la convivencia humana, a fin de fortalecer el aprecio y respeto por la diversidad cultural y la dignidad de la persona. Esta información la obtenemos al recabar datos sobre la transparencia.

Más propósitos son la promoción de que existan ambientes seguros para el estudio, fortaleciendo las capacidades de gestión de las escuelas, en el contexto de su entorno, para el logro de los aprendizajes; impulsando ajustes al marco normativo para establecer con claridad derechos y deberes que faciliten un ambiente escolar de trabajo, disciplina, responsabilidad, cooperación y concordia, construyendo una convivencia respetuosa de los derechos humanos y la perspectiva de género, de la igualdad y no discriminación contra las mujeres.

Atendiendo las acciones para el fortalecimiento de la autonomía de gestión con la mejora de las competencias de lectura, escritura y matemáticas; normalidad mínima; disminución del rezago y abandono escolar y desarrollo de una buena convivencia, poniendo énfasis en la acción formativa y preventiva de situaciones de acoso, logrando la convivencia pacífica e inclusiva a través del desarrollo de habilidades socioemocionales, con la asesoría a personal educativo.

La parte crítica la compone el hecho de la participación de agentes externos que intentaron desestabilizar en los buenos propósitos establecidos por medio de este compromiso. Al recurrir a conocer un poco de la historia de esta institución, hace muchos años estuvo dirigida por el profesor Leonardo Andrés Ramos, posteriormente por el profesor Leopoldo Torres García, la profesora Ma. de Jesús Cervantes Villamar, más reciente, logrando conservar su buen prestigio y el que señala la información de la SEP como vigente es José Ramón García Álvarez (jubilado hace un año), entre otros, pero en estos años, en contradicción con la convivencia escolar armónica, pacífica e inclusiva, a dos docentes, por participar en su evaluación, intentaron expulsarlos de esta escuela, estando fuera por algún tiempo, hasta que mínimamente intervino la autoridad educativa, sólo con el apoyo “moral”, al no enviar a quien sustituyera a los expulsados, hasta que los directivos lograron evitar el acto represivo, reubicándolos nuevamente en sus funciones.

La educación básica como espacio para que los estudiantes aprendan a participar, ser responsables, a escuchar y ser escuchados, a generar acuerdos por medio de la comunicación, el respeto a la diversidad, la autorregulación de sus emociones y la solución pacífica de conflictos, impulsando la cultura de la transparencia y la rendición de cuentas para evitar la opacidad y la desinformación, dos condiciones en las que aflora la corrupción y el abuso de poder.

Vivir en democracia exige que los servidores públicos rindan cuentas de manera clara y oportuna y que la propia sociedad asuma la responsabilidad de comprender y exigir una gestión gubernamental apegada a un correcto ejercicio del servicio público. A mayor educación cívica, menor aceptación de actos corruptos y menor tolerancia a violar la ley. (--)