/ jueves 7 de abril de 2022

El mundo que viene

El futuro lo inventamos Octavi Fullat

El presente lo diseñamos Raúl Linares Callejas

Éste, es el inicio de una nueva y distinta época. Ha cambiado nuestra concepción del espacio… el tiempo tiene un latido diferente, con menos escenarios al día.

Viviremos en un mundo de micro espacios; más momentos en casa y con y mejores instantes de intimidad que dependerán de cada quien y de su forma de interpretar la vida. Esta nueva realidad -que no normalidad-, habrá que inventarla a partir de la conciencia de nuestros límites y de la confianza en nuestros alcances y talentos.

“Desde el pasado y en medio del presente, ya veníamos escapando hacia el futuro”

Los nuevos siglos siempre han traído “novedades y ajustes” que han marcado la historia con huellas profundas. Heridas a veces, pero también progresos de la humanidad. Así tendremos dos mundos a redescubrir: el exterior y el interior. El presente que experimentamos está asociado a la volatilidad, a la incertidumbre, a la complejidad y a la ansiedad

La pandemia es ocasión de corregir el rumbo de fragmentación y ambigüedad que hemos vivido. Los saldos de este episodio han sido severos; junto a este fenómeno pandémico, ya está “tocando a la puerta de la agenda” -desde hace tiempo- un tema urgente: el cambio climático; así que habrá que alistarnos para encararlo.

En medio de las llamadas: “fake news” o noticias falsas, requerimos confiabilidad. El mundo de la educación, en todos los niveles, seguramente será una experiencia híbrida y flexible, que tendrá que capitalizar su tránsito entre la educación presencial y la virtualidad; con el gran reto de superar la depresión, la monotonía, el confinamiento y la ansiedad.

Este modelo mixto es “un fruto dentro de la calamidad que la pandemia hereda”; pues sin duda, son significativos los avances tecnológicos que no pueden quedarse en el olvido. Es posible incluso, lograr mayor eficiencia del tiempo, disminuyendo desplazamientos y siendo más austeros en el consumo derivado de la transportación particular y pública.

En contraste, el aislamiento ha hecho estragos en la capacidad de socializar, dificultando la posibilidad de hacer labor de equipo, de manera natural. El mundo entonces, difícilmente recuperará sus características anteriores de una manera total. Habrá que vivirlo como se presente, pero siendo partícipes y no sólo espectadores de lo que acontezca en el escenario de la vida.

“La felicidad no es lo que nos pasa, sino la forma en cómo interpretamos lo que nos pasa”

De ahí la propuesta de diseñar y asumir un “Decálogo”:

Conservar los espacios de intimidad ya ganados; ¡el encuentro logrado con nosotros mismos!

Redescubrirnos cotidianamente; capitalizar el crecimiento interior y la convivencia familiar.

Revalorar lo verdaderamente importante; hay muchas cosas que no son tan necesarias. Podemos vivir con menos, consumir austeramente y ser felices. “No es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita”

Fortalecer el sentido de adaptabilidad. La vida es constante evolución. No esperar a que las cosas cambien; tendremos que aceptarlas como son y /o transformarlas en la medida de nuestras posibilidades. Usar cubre boca, gel antibacterial, mantener sana distancia, lavarse las manos con frecuencia. Estos hábitos disminuyeron las gripes y la influenza. Han de seguir vigentes. Llegaron para quedarse, a favor de la salud y del bienestar.

Visualizar un mundo mejor. Identificar y generar ilusiones; “hasta casi tocarlas”. Imaginar nuevos futuros y dar sentido al presente.

Tener fe.

Ser artífices y constructores de esperanza.

Abrir las puertas a los demás, “ejercitar el arte de acompañar”.

Sembrar y repartir amor en sus diferentes formas y facetas.

Ser protagonistas del “Triunfo de la humanidad”, con un programa de vida y una renovada cosmovisión que lleve como bandera: la propuesta de la dignidad, del acompañamiento, de la trascendencia y del esfuerzo.\u0009

A propósito de ello, presentamos la letra de una canción escrita en los albores de la pandemia, para generar una atmósfera de esperanza. La humanidad, a final de cuentas, ¡está saliendo airosa de esta “batalla”!

“EL TRIUNFO DE LA HUMANIDAD”

De pronto la vida cambió… lo impensable se hizo realidad.

El mundo detuvo su marcha … y hoy son tiempos de soledad.

El abrazo fraterno habrá que contener, la mano que estrecha, parece cosa del ayer…

Con fe y esperanza podremos continuar…levantando una lanza, habremos de cabalgar: quijotes de un tiempo nuevo, sirviendo a los demás.

El amor todo lo puede cambiar, resistiremos sin dudar

Tú y yo, unidos en fraternidad, aprenderemos la lección…

y al final celebraremos:

¡El triunfo de la humanidad!

“Hay que navegar del sufrimiento y del dolor, a los mares de la alegría, para transformar el miedo y la angustia: ¡en ilusión por el futuro!”

El futuro lo inventamos Octavi Fullat

El presente lo diseñamos Raúl Linares Callejas

Éste, es el inicio de una nueva y distinta época. Ha cambiado nuestra concepción del espacio… el tiempo tiene un latido diferente, con menos escenarios al día.

Viviremos en un mundo de micro espacios; más momentos en casa y con y mejores instantes de intimidad que dependerán de cada quien y de su forma de interpretar la vida. Esta nueva realidad -que no normalidad-, habrá que inventarla a partir de la conciencia de nuestros límites y de la confianza en nuestros alcances y talentos.

“Desde el pasado y en medio del presente, ya veníamos escapando hacia el futuro”

Los nuevos siglos siempre han traído “novedades y ajustes” que han marcado la historia con huellas profundas. Heridas a veces, pero también progresos de la humanidad. Así tendremos dos mundos a redescubrir: el exterior y el interior. El presente que experimentamos está asociado a la volatilidad, a la incertidumbre, a la complejidad y a la ansiedad

La pandemia es ocasión de corregir el rumbo de fragmentación y ambigüedad que hemos vivido. Los saldos de este episodio han sido severos; junto a este fenómeno pandémico, ya está “tocando a la puerta de la agenda” -desde hace tiempo- un tema urgente: el cambio climático; así que habrá que alistarnos para encararlo.

En medio de las llamadas: “fake news” o noticias falsas, requerimos confiabilidad. El mundo de la educación, en todos los niveles, seguramente será una experiencia híbrida y flexible, que tendrá que capitalizar su tránsito entre la educación presencial y la virtualidad; con el gran reto de superar la depresión, la monotonía, el confinamiento y la ansiedad.

Este modelo mixto es “un fruto dentro de la calamidad que la pandemia hereda”; pues sin duda, son significativos los avances tecnológicos que no pueden quedarse en el olvido. Es posible incluso, lograr mayor eficiencia del tiempo, disminuyendo desplazamientos y siendo más austeros en el consumo derivado de la transportación particular y pública.

En contraste, el aislamiento ha hecho estragos en la capacidad de socializar, dificultando la posibilidad de hacer labor de equipo, de manera natural. El mundo entonces, difícilmente recuperará sus características anteriores de una manera total. Habrá que vivirlo como se presente, pero siendo partícipes y no sólo espectadores de lo que acontezca en el escenario de la vida.

“La felicidad no es lo que nos pasa, sino la forma en cómo interpretamos lo que nos pasa”

De ahí la propuesta de diseñar y asumir un “Decálogo”:

Conservar los espacios de intimidad ya ganados; ¡el encuentro logrado con nosotros mismos!

Redescubrirnos cotidianamente; capitalizar el crecimiento interior y la convivencia familiar.

Revalorar lo verdaderamente importante; hay muchas cosas que no son tan necesarias. Podemos vivir con menos, consumir austeramente y ser felices. “No es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita”

Fortalecer el sentido de adaptabilidad. La vida es constante evolución. No esperar a que las cosas cambien; tendremos que aceptarlas como son y /o transformarlas en la medida de nuestras posibilidades. Usar cubre boca, gel antibacterial, mantener sana distancia, lavarse las manos con frecuencia. Estos hábitos disminuyeron las gripes y la influenza. Han de seguir vigentes. Llegaron para quedarse, a favor de la salud y del bienestar.

Visualizar un mundo mejor. Identificar y generar ilusiones; “hasta casi tocarlas”. Imaginar nuevos futuros y dar sentido al presente.

Tener fe.

Ser artífices y constructores de esperanza.

Abrir las puertas a los demás, “ejercitar el arte de acompañar”.

Sembrar y repartir amor en sus diferentes formas y facetas.

Ser protagonistas del “Triunfo de la humanidad”, con un programa de vida y una renovada cosmovisión que lleve como bandera: la propuesta de la dignidad, del acompañamiento, de la trascendencia y del esfuerzo.\u0009

A propósito de ello, presentamos la letra de una canción escrita en los albores de la pandemia, para generar una atmósfera de esperanza. La humanidad, a final de cuentas, ¡está saliendo airosa de esta “batalla”!

“EL TRIUNFO DE LA HUMANIDAD”

De pronto la vida cambió… lo impensable se hizo realidad.

El mundo detuvo su marcha … y hoy son tiempos de soledad.

El abrazo fraterno habrá que contener, la mano que estrecha, parece cosa del ayer…

Con fe y esperanza podremos continuar…levantando una lanza, habremos de cabalgar: quijotes de un tiempo nuevo, sirviendo a los demás.

El amor todo lo puede cambiar, resistiremos sin dudar

Tú y yo, unidos en fraternidad, aprenderemos la lección…

y al final celebraremos:

¡El triunfo de la humanidad!

“Hay que navegar del sufrimiento y del dolor, a los mares de la alegría, para transformar el miedo y la angustia: ¡en ilusión por el futuro!”