/ lunes 29 de octubre de 2018

¿Y la educación?

 Juan Ávila Osornio

Lo he mencionado en anteriores columnas y no me cansaré de repetirlo, la educación es tan llamativa como bandera que cualquiera la quiere levantar, pero lo curioso es que se peleen por el terreno donde se desarrolla, y que la sustancia la dejen de lado, en realidad la educación como tal no les importa, lo que quieren es el control de su proceso, de su presupuesto y de los trabajadores de la educación.

El gobierno en turno convocó a una serie de foros, los denominó “Por un acuerdo nacional sobre la educación”, desde ahí la visión está sesgada, de entrada, la educación de México la están sujetando a un acuerdo, lo que muestra la debilidad del sistema político para dictar políticas públicas que la transformen, pero muestra también la indiferencia del Estado mexicano ante el fenómeno educativo, que saben, de llevarse con profundidad, puede cambiar las relaciones del poder a largo plazo, por eso la desestiman, quieren conservar el status quo y su establishment. No quieren perder el control y el manejo de la educación les viene como anillo al dedo, en el sexenio que está por terminar se intentó manejar la situación a través de un “pacto” entre los partidos con mayor peso, dieron un gran paso porque la corrupción estrangulaba el sistema político, pero no fue suficiente, se acabó el tiempo y una bandera a contrasentido campeaba en el horizonte y ahora se encuentra izada.

La bandera de la “derogación” de lo que les ha dado por llamar Reforma Educativa la levantan tiros y troyanos alegando la restitución de prebendas y privilegios, no es por otra cosa, la CNTE busca a toda costa el control de la nómina de pago, la venta y herencia de plazas y la evaluación sin consecuencias para seguir su pachanga. Los elbistas, después de haberse llenado los bolsillos de dinero al amparo de la corrupción y de los favores de los gobiernos en turno de su tiempo, buscan regresar a la perpetuidad en el poder y volver a medrar del presupuesto público a través de la imposición de incondicionales en puestos clave del gobierno. A los primeros, ya el Presidente electo les dijo que la nómina la seguirá administrando el gobierno federal y los mandó a trabajar ininterrumpidamente, y los segundos, se mueren lentamente con su propio veneno, los maestros de México no están dispuestos a transitar por caminos sembrados de abrojos, en las reuniones y manifestaciones públicas de los autollamados maestros por México sólo se han visto cartuchos quemados e incondicionales que fueron favorecidos por el poder sindical en su momento.

Lo inverosímil es que nadie de los allegados le haya dicho a la maestra Elba Esther Gordillo que el futuro está aquí, que el contexto es otro y que el pasado se quedó atrás para evitar rayar en el ridículo en sus intervenciones públicas alegando para sí una presidencia del SNTE que ya no existe y esgrimir un liderazgo que ya no tiene porque cuando lo tuvo siempre fue al amparo del poder del gobierno en turno, nunca fue un poder genuino.

En los Foros para la consulta por un acuerdo nacional sobre la educación que organiza el gobierno electo se ha visto la participación abrumadora de los maestros del SNTE que lidera Juan Díaz de la Torre, en todas las entidades federativas se han escuchado sus propuestas, todas acordes al momento que se vive en México, el gobierno electo ve y escucha, sabe sopesar y terminará por reconocer dónde radica el poder real, los grupos al interior del SNTE no les quedará más remedio que jugar sus cartas y demostrar el poder que tienen desde cada delegación sindical para ganar delegados a los congresos si es que quieren ocupar algún cargo de representación sindical, los estatutos que rigen la vida institucional de esta organización gremial lo permiten, el camino que tienen que recorrer es largo, el asalto al poder esta vez no será la opción viable, el gobierno electo no se echaría ese trompo a la uña. (--)

 Juan Ávila Osornio

Lo he mencionado en anteriores columnas y no me cansaré de repetirlo, la educación es tan llamativa como bandera que cualquiera la quiere levantar, pero lo curioso es que se peleen por el terreno donde se desarrolla, y que la sustancia la dejen de lado, en realidad la educación como tal no les importa, lo que quieren es el control de su proceso, de su presupuesto y de los trabajadores de la educación.

El gobierno en turno convocó a una serie de foros, los denominó “Por un acuerdo nacional sobre la educación”, desde ahí la visión está sesgada, de entrada, la educación de México la están sujetando a un acuerdo, lo que muestra la debilidad del sistema político para dictar políticas públicas que la transformen, pero muestra también la indiferencia del Estado mexicano ante el fenómeno educativo, que saben, de llevarse con profundidad, puede cambiar las relaciones del poder a largo plazo, por eso la desestiman, quieren conservar el status quo y su establishment. No quieren perder el control y el manejo de la educación les viene como anillo al dedo, en el sexenio que está por terminar se intentó manejar la situación a través de un “pacto” entre los partidos con mayor peso, dieron un gran paso porque la corrupción estrangulaba el sistema político, pero no fue suficiente, se acabó el tiempo y una bandera a contrasentido campeaba en el horizonte y ahora se encuentra izada.

La bandera de la “derogación” de lo que les ha dado por llamar Reforma Educativa la levantan tiros y troyanos alegando la restitución de prebendas y privilegios, no es por otra cosa, la CNTE busca a toda costa el control de la nómina de pago, la venta y herencia de plazas y la evaluación sin consecuencias para seguir su pachanga. Los elbistas, después de haberse llenado los bolsillos de dinero al amparo de la corrupción y de los favores de los gobiernos en turno de su tiempo, buscan regresar a la perpetuidad en el poder y volver a medrar del presupuesto público a través de la imposición de incondicionales en puestos clave del gobierno. A los primeros, ya el Presidente electo les dijo que la nómina la seguirá administrando el gobierno federal y los mandó a trabajar ininterrumpidamente, y los segundos, se mueren lentamente con su propio veneno, los maestros de México no están dispuestos a transitar por caminos sembrados de abrojos, en las reuniones y manifestaciones públicas de los autollamados maestros por México sólo se han visto cartuchos quemados e incondicionales que fueron favorecidos por el poder sindical en su momento.

Lo inverosímil es que nadie de los allegados le haya dicho a la maestra Elba Esther Gordillo que el futuro está aquí, que el contexto es otro y que el pasado se quedó atrás para evitar rayar en el ridículo en sus intervenciones públicas alegando para sí una presidencia del SNTE que ya no existe y esgrimir un liderazgo que ya no tiene porque cuando lo tuvo siempre fue al amparo del poder del gobierno en turno, nunca fue un poder genuino.

En los Foros para la consulta por un acuerdo nacional sobre la educación que organiza el gobierno electo se ha visto la participación abrumadora de los maestros del SNTE que lidera Juan Díaz de la Torre, en todas las entidades federativas se han escuchado sus propuestas, todas acordes al momento que se vive en México, el gobierno electo ve y escucha, sabe sopesar y terminará por reconocer dónde radica el poder real, los grupos al interior del SNTE no les quedará más remedio que jugar sus cartas y demostrar el poder que tienen desde cada delegación sindical para ganar delegados a los congresos si es que quieren ocupar algún cargo de representación sindical, los estatutos que rigen la vida institucional de esta organización gremial lo permiten, el camino que tienen que recorrer es largo, el asalto al poder esta vez no será la opción viable, el gobierno electo no se echaría ese trompo a la uña. (--)